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La tenaz defensa de un funcionario cercano a Filmus y la dura crítica a Milei

El vicepresidente del Consejo Federal de Ciencia y Tecnología e Innovación, Mauro Carrasco, reprobó los dichos de Javier Milei y habló del presente de la ciencia nacional

Por Redacción

18 de agosto, 2023 - 14:24

Tras las polémicas declaraciones de Javier Milei sobre privatizar el Conicet, el Consejo Federal de Ciencia y Tecnología e Innovación (Cofecyt) salió a repudiar el plan de gobierno del libertario y defendió el conocimiento científico estatal como un derecho inalienable de los argentinos.

Ante esto, el programa Metaverso, de Ciudadano.News, entrevistó al vicepresidente del Cofecyt, Mauro Carrasco. El dirigente nacional hizo hincapié que “las palabras del candidato provienen de un desconocimiento total del sistema científico argentino. Un sistema que hace más de 60 años viene produciendo con bienes sociales, que abarcan todos los ejes de desarrollo de la sociedad argentina”.

“Comparar la Nasa con el Conicet no tiene comparación. Porque la Nasa hay que compararla con la CONAE (Comisión Nacional de Actividades Espaciales),  que tiene 300 empleados. Ya hay más de diez noticias, que han salido en estos cuatro años, gracias al aporte de la CONAE a la industria aeroespacial. Por eso, no tiene sentido lo que han dicho”, expresó Mauro Carrasco.

-¿Qué podemos decir de los inventos argentinos que han trascendido las fronteras?

-Ayer me llegó una noticia que España quiere producir vinos y aplicar extractos algales para utilizarlos como antifúngicos y bioestimuladores de suelo. Eso en Chubut, ya se hace y se está aplicando en todo el país. Estamos casi una década adelantados al resto del mundo y también se puede generar ciencia lejos de las grandes urbes.

- ¿Hablan en el Ministro de Ciencia sobre la fuga de científicos?

-No debería irse ningún investigador de Argentina. Ayer lo charlábamos con el ministro (Daniel Filmus) que tenemos 11 mil investigadores en el Conicet y hoy con el nivel de desarrollo que tenemos y el futuro que apostamos, necesitamos un millón de investigadores.

La industria del conocimiento el año pasado generó 7 mil millones de dólares de ingreso por exportación y es la tercera  industria exportadora del país.  Entonces, hablar de número de investigadores no tiene relevancia, si eso va a redundar en exportaciones para el país y esas redundan en un bien para la sociedad. No queremos que ningún investigador se vaya, queremos exportar conocimiento, no exportar investigadores.

-¿Cómo se puede reformar la ciencia para que sea rentable y a la vez para terminar con la fuga de investigadores? ¿Por qué falta que el Estado genere puentes con los empresarios?

-El Estado es el productor natural de este puente, el famoso triángulo de Sábato. Antes esta relación en el país no era fluida, pero desde hace cuatro años, nuevamente, empezó a fluir.

En Chubut tenemos cinco empresas de base tecnológica. Esto quiere decir que los investigadores del Conicet e investigadores de las universidades, comenzaron a conformar empresas, pero no pueden estar siempre en los dos lugares.  Por eso, necesitamos el puente que fabrica el Estado para potenciar el sector del conocimiento.

-Hoy, en distintos proyectos que se conocen a nivel mundial damos cuenta que ubican a expertos o científicos argentinos, ¿motivo de orgullo?

-Sí, la ciencia pasó de ser noticia dominguera, donde aparecíamos en los suplementos del domingo con las buenas noticias a ser tapa de un lunes. La sociedad está poniendo en valor el trabajo de un científico, porque quizá en las grandes urbes, uno no se da cuenta, pero en Chubut, en provincias más chicas, el investigador es tu vecino. Lo conocés de todos los días y empezás a ver lo que tu vecino está aportando con su trabajo a la comunidad.

La ciencia  volvió a la sociedad y la comunidad se está apropiando de la ciencia. Estábamos separados y este cambio en la política científica tecnológica del país, permitió que esta relación fuese mucho más fluida. Antes el investigador estaba encerrado en el laboratorio y hoy tiene un laboratorio de puertas abiertas, donde la sociedad puede venir, preguntar y los científicos pueden llevar adelante la resolución de problemas.