Como si la altísima inflación hubiera comenzado después del 10 de diciembre y la crisis económica y social datara de los últimos cuarenta días, las principales figuras con poder político del peronismo se congregaron para coordinar el discurso y programar acciones en el sentido de "luchar contra los efectos de la Ley Ómnibus y el DNU 70/23.
El gobernador bonaerense Axel Kicillof encabezó una reunión en la Casa de la Provincia de Buenos Aires a la que acudieron gobernadores de Unión por la Patria como Ricardo Quintela de La Rioja; los máximos dirigentes de la CGT, entre ellos Pablo Moyano; legisladores nacionales como José Mayans e intendentes como así también dirigentes de organizaciones sociales ligadas al peronismo.
Después del encuentro, el actual virtual visible del movimiento justicialista, pidió al gobierno nacional que "tenga un poco de sensibilidad y conocimiento de la situación por la que está pasando el pueblo". También admitió que están dispuestos a discutir cambios en el proyecto de la ley ómnibus aunque se quejó de "qué discusión hay si se pretende imponer por decreto o con una ley aprobada en tiempo récord".
Si bien en este mensaje Kicillof contempla la discusión, los legisladores oficialistas o aliados se quejan de que los representantes de Unión por la Patria al igual que sus colegas de la izquierda trotskista usan sus intervenciones para criticar toda propuesta que venga del gobierno y hacer extensas exposiciones de sus convicciones ideológicas.
En declaraciones al periodismo el mandatario bonaerense también dijo: “analizó la situación nacional y económica, la devaluación y los aumentos de alimentos, combustibles y prepagas, sabiendo que se viene el tarifazo de energía y transporte”. También pidió algún tipo de solidaridad para mejorar la situación y “algún tipo de solidaridad y respuesta a esta situación, si bien depende del gobierno nacional y de estas políticas económicas que fueron muy duras y no tuvieron ningún tipo de compensación para los que más sufren”.
Nadie puede negar la dureza de una realidad donde la inflación de diciembre superó el 25%, los efectos que provoca en los ingresos la devaluación del peso y la imparable suba de las canasta básica total y alimentaria cuyos guarismos señalan constantemente que la pobreza y la indigencia van en aumento.
El mensaje presidencial advierte que el futuro cercano será muy duro, pero hay que tener en cuenta que es consecuencia en parte de la política económica prelectoral implementada por el excandidato Sergio Massa que buscó dotar de más dinero a la población a costa del erario público con efectos directos en la inflación. Massa no estuvo en la reunión organizada por Kicillof.
Los análisis de los dirigentes peronistas no hacen referencia a los 12 años previos de los gobiernos de Néstor y Cristina, que si bien se iniciaron con una situación nacional e internacional favorable por el precio delos commodities argentinos y los superavit gemelos, el camino posterior siempre fue descendente incluido el período que le tocó a Mauricio Macri.
Es lógico que el peronismo trate de volver al gobierno nacional y busque exaltar los defectos y errores que se comenten en una gestión. Pero salvo los aumentos de precios como efecto de una economía sin regulaciones, las demás consecuencias aún no son evidentes.
Considerando que el capítulo laboral del DNU está suspendido y la Corte Suprema debe dar la última palabra, existe la posibilidad que la comisión bicameral que debe analizarlo lo invalide, y si no es así ya están en camino numerosos planteos judiciales.