¿Es posible pagarle rápido al FMI y que Argentina se libere de su tutela, como propone Massa?

El ministro de Economía y principal precandidato a presidente de Unión por la Patria, Sergio Massa, en dos oportunidades en los últimos días refirió la necesidad de que el país le pague el Fondo Monetario Internacional (FMI) lo que le debe para “sacárselo de encima”.

Lo dijo primero en una reunión con empresarios, donde ponderó la soberanía económica, y este lunes en un acto en Pilar. “Queremos pagarle al Fondo de vuelta y que se vayan de la Argentina. Queremos ser un país soberano, queremos decidir nuestro propio proyecto de desarrollo y que no nos digan otros cómo desarrollarnos los argentinos”, dijo.

Pero la pregunta que se impone es: ¿hay posibilidades ciertas de pagarle al FMI los 45.000 millones de dólares que solicitó y se le aprobaron a Mauricio Macri en el 2018? ¿Argentina tiene esos recursos, puede generarlos, en qué tiempo, para volver a estar liberado de esa brutal acreencia que condiciona la política económica actual y futura incluso por décadas, según algunos analistas?

Lo cierto es que el programa actual, con retoques, es el que firmó a principios del 2022 Martín Guzmán, el entonces ministro de Economía. Lo que negoció Guzmán, y que en su momento despertó el fuerte rechazo de buena parte del Frente de Todos. De hecho, Máximo Kirchner, en ese momento jefe del bloque de diputados oficialistas, renunció a su cargo en protesta por ese acuerdo.

Es que Guzmán tomó otro préstamo con el FMI para pagar el de Macri. No avanzó una prórroga del acuerdo inicial, ni hizo pesar las irregularidades que cometió el Fondo en el otorgamiento del crédito de Macri, violando explícitamente sus propias reglas. “El crédito fue político y la renegociación debe ser política”, dijo en más de una oportunidad Cristina Kirchner.

Ahora, en cada vencimiento del crédito de Macri, el Fondo desembolsa recursos para pagar, que el país vuelve a deber. Quizás técnicamente haya sido impecable la estrategia de Guzmán, pero políticamente dejó muchos flancos abiertos, tantos que terminó renunciando al Gobierno generando una crisis de proporciones, a mediados del año pasado.

Pero volvamos a la pregunta inicial: ¿es posible pagarle rápido al Fondo y que “se vaya de Argentina”?

El antecedente más obvio (y único) en la tortuosa relación de 65 años entre la Argentina con el FMI, ocurrió en diciembre del 2005, cuando el entonces presidente Néstor Kirchner le pagó de una vez todo lo que el país le adeudaba al organismo: fueron 9.500 millones de dólares, una cifra sensiblemente menor a la deuda actual. 

Las previsiones de Massa para el año que viene son muy interesantes por lo optimista, pero que se basan en datos que hasta las consultoras más cercanas al macrismo comparten.

El “campo” sin sequía, más previsiones de fuerte ahorro en importación de energía, y posible exportación de petróleo y gas, podría derivar en un superávit comercial de casi 45.000 millones de dólares el año que viene.

Ahí está la clave: en cada vencimiento, Argentina le pagaría al Fondo lo que corresponde más una parte del capital adeudado, y en el mediano plazo, podría cancelar la deuda total. Sería en unos tres años, es decir, entre el 2024 y el 2026, año en el que Massa, de ser electo presidente, estaría transitando su último año de mandato.

El apoyo de China, las posibilidades de exportación de gas a Europa, la reversión del Gasoducto del Norte para llevar gas de Vaca Muerta a Brasil, la potencialidad del litio, entre otros factores, alientan los cálculos del oficialismo, que además combate el discurso del ajuste imprescindible que pregona la oposición. Queda por ver si Massa puede comunicar efectivamente su estrategia y si la ciudadanía acompaña, lo más difícil por la performance de actual Gobierno.