Por Carlos Campana

La epopeya del comandante Fossa y el primer Cuerpo de Bomberos de Mendoza

Nacido en Buenos Aires en 1862, Edmundo Fossa dedicó su vida a combatir el fuego desde temprana edad.

Carlos Campana

Por Carlos Campana

4 Junio de 2024 - 07:35

Primer cuartel de Bomberos de Mendoza. — prensa

En 1907, desde la bulliciosa Buenos Aires llegó a Mendoza un hombre con una misión: organizar y dirigir el primer Cuerpo de Bomberos de la provincia. Era el comandante Edmundo Fossa, convocado por el gobernador Emilio Civit, quien vio en su vasta experiencia y espíritu altruista la respuesta a una necesidad urgente.

Radiografía de un bombero

Nacido en Buenos Aires en 1862, Edmundo Fossa dedicó su vida a combatir el fuego desde temprana edad. A los 21 años se unió al Cuerpo de Bomberos de la Capital Federal, una entidad nacida en 1870 bajo la dirección del entonces jefe de Policía Enrique O'Gorman para enfrentar los frecuentes incendios en la creciente metrópoli porteña. 

Durante su carrera, Fossa acudió a cientos de siniestros, acumulando una vasta experiencia y ascendiendo rápidamente a la jefatura.

Su liderazgo y valentía quedaron demostrados en 1890 durante la Revolución del Parque, una insurrección encabezada por Leandro N. Alem contra el gobierno de Miguel Juárez Celman. 

Allí, Fossa y su equipo de bomberos se involucraron en el conflicto, mostrando un compromiso que iba más allá de sus responsabilidades cotidianas. 

Seis años después, Fossa se retiró de la fuerza con el rango más alto.

Pero su retiro fue solo del servicio activo en Buenos Aires, ya que en 1905, movido por su incansable espíritu, se dirigió a Asunción, Paraguay, para establecer allí un cuerpo de bomberos. 

Tras dos años de arduo trabajo en tierras paraguayas, Fossa regresó a la Argentina, esta vez convocado por el gobernador de Mendoza, Emilio Civit, para organizar una compañía de bomberos en la provincia.

A la Fossa con fuego

El destino de Fossa en Mendoza estuvo marcado por un incendio devastador en 1901, que destruyó una tienda y varios locales aledaños, causando pánico y cuantiosos daños. La tragedia impulsó a los vecinos a exigir la creación de un cuerpo de bomberos y la prensa local se unió a la demanda popular, presionando al Gobierno para actuar.

Finalmente, el 16 de junio de 1907, el diputado Lucio Funes presentó un proyecto para la formación de un cuerpo de bomberos, y el 26 de octubre de ese año, el gobernador Civit, mediante la Ley 382, creó oficialmente el Cuerpo de Bomberos de Mendoza, designando a Fossa como su primer comandante. El primitivo cuartel se ubicó en la manzana donde actualmente se encuentra el Teatro Independencia.

Los inicios fueron difíciles y Fossa tuvo que enfrentarse a la falta de recursos y a la incomprensión de muchos funcionarios y ciudadanos. 

Sin embargo, su tenacidad y liderazgo permitieron que el cuerpo se mantuviera activo, y con solo 55 hombres y una docena de baldes para acarrear agua, Fossa comenzó a forjar el camino de la institución.

Bautismo de agua

El primer gran desafío llegó la noche del 13 de diciembre de 1907, cuando un incendio voraz se desató en la casa y comercio de Miguel de la Fuente, en la calle Belgrano 1450, de Ciudad. Las llamas se extendieron rápidamente, pero gracias a la rápida intervención del recién formado Cuerpo de Bomberos y al liderazgo de Fossa, pese a su rudimentario equipamiento, el fuego fue controlado.

Bomberos mendocinos en una de sus primeras intervenciones.

Tres semanas más tarde, el 16 de enero de 1908, otro incendio, esta vez en un taller de tipografía e imprenta ubicado en la calle Salta 205 volvió a poner a prueba a los bomberos. 

Una vez más, Fossa y su equipo lograron extinguir las llamas antes de que se propagaran a las viviendas vecinas. 

Estas primeras intervenciones consolidaron la reputación del Cuerpo de Bomberos de Mendoza y cimentaron el respeto y la admiración hacia Fossa.

Merecido homenaje

Tras más de una década de servicio, el veterano bombero presentó su renuncia y se retiró finalmente de la vida pública y falleció en 1934, dejando un legado imborrable en la historia de Mendoza. 

Un antiguo carro de bomberos.

En 1948, uno de sus sucesores, José C. Hernández, propuso que una calle llevase el nombre del Comandante Fossa. Este homenaje se concretó años después en el barrio Bombal, perpetuando la memoria de un hombre que dedicó su vida a proteger a los demás del devastador poder del fuego.

Edmundo Fossa no solo fundó el primer Cuerpo de Bomberos de Mendoza, sino que también estableció los cimientos de una institución que, hasta el día de hoy, continúa salvaguardando vidas y propiedades. 

Por eso su vida es un testimonio de valentía, liderazgo y compromiso con el servicio público, valores que siguen inspirando a las generaciones actuales de bomberos.