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Kuleba: "Armas, armas y armas", "más rápido, más rápido y más rápido"

Kiev presiona a la Alianza Atlántica para que suministre sus sistemas "Patriot". Bruselas analiza el costo de desprenderse de su principal defensa ante un ataque nuclear en Europa

29 de noviembre, 2022 - 22:49

"La última vez que me invitaron a la reunión ministerial de la OTAN acudí con tres palabras, que eran: ‘armas, armas y armas'. Y desde entonces se hizo mucho en ese sentido. Hoy, tengo tres palabras diferentes que son: ‘más rápido, más rápido y más rápido'”, indicó Dmytro Kuleba, Canciller de Relaciones Exteriores ucraniano, invitado al encuentro aliado este martes 29 de noviembre en Bucarest.

 

Las declaraciones del responsable de la diplomacia kievita muestran el evidente “apuro” del gobierno de Zelenski por consolidar un escudo de defensa aérea ante el cambio de estrategia ofensiva de Moscú. Sin embargo, la solicitud de sistemas de “cobertura amplia” como son las lanzaderas “Patriot”, reviste implementar toda una empresa logística y una serie de “acuerdos previos” dentro del seno de la organización atlántica.

Éxito ucraniano y respuesta rusa

Volviendo a la celeridad requerida, la misma radica en las consecuencias del “éxito” de la contraofensiva local. Tras la recuperación de Jersón, una parte considerable de la región del Dombás, el “aparente” repliegue en Zaporiyia y la llegada del crudo invierno a Europa oriental, parece que el Kremlin optó, a lo largo del último mes de conflicto, reducir las campañas que involucren tropas y blindados e intensificar los ataques con drones y misiles sobre los centros urbanos que contengan actividad militar de envergadura o blancos clasificados como infraestructura crítica.

Infraestructura crítica

Sobre este último aspecto me quiero detener unos párrafos. Parafraseando un esquema de definición de los más aceptados, se puede decir: “Las infraestructuras críticas son todos aquellos sistemas físicos o virtuales que permiten el funcionamiento de servicios esenciales que sostienen los ordenamientos básicos, medios y complejos del ámbito social, económico, medioambiental y político”. Una ruptura o interrupción en su normal comportamiento puede ser por causas naturales (por ejemplo: una intensa sequía que ocasiona desabastecimiento de agua) u orquestada por la acción humana (un ataque cibernético a las entidades financieras que conlleva el colapso de las cuentas bancarias).

 

Algunas de las áreas catalogadas como neurálgicas son: activos bursátiles, plantas potabilizadoras, servicio eléctrico, acceso a internet, industria química, centrales nucleares, sector sanitario, Tecnologías de la Información y Comunicaciones (TIC), por enumerar la mayoría.

Estrategia del Kremlin

Por lo dicho, podemos inferir que el cambio de estratagema ruso apuntó, y aún lo hace, a dañar severamente el servicio de provisión de energía ucraniano, lo que conduce a la población civil afectada (alrededor de 6 millones), a un desgaste acumulativo que socava el apoyo ciudadano al “esfuerzo de guerra” y, en otro orden, fracturar el sistema de interconexión eléctrica nacional que atiende la alta demanda energética de los centros de coordinación militar y, sobre todo, a los radares de alerta temprana y dirección de tiro. Estos últimos sistemas son indispensables para interceptar y destruir los proyectiles guiados moscovitas.

Los cortes constantes de suministro eléctrico reducen significativamente la eficacia de las defensas ucranianas, dando a Moscú la chance de provocar un mayor porcentaje de destrucción de recursos bélicos escasos y costosos como pueden ser: los puestos comandos, arsenales de municiones, bases aéreas con aviones de combate y las propias baterías de misiles tierra-aire.

Presión de Kiev sobre la OTAN

La presencia de Kuleba en la reunión de Rumania responde, en el contexto de las acciones militares, a un encargo explícito de Zelenski de más sistemas de contramedidas y guerra electrónica capaces de interferir los radares de alerta y guías de dirección de los proyectiles guiados. Es un equipamiento muy oneroso y de poca disponibilidad.  Por otro lado, Kiev también solicita la llegada de misiles “Patriot”, lo que tienen una misión, dentro de la doctrina de la OTAN, bastante más compleja que la intercepción de drones o misiles de corto alcance.

 

Las últimas versiones del ingenio bélico estadounidense están pensadas como defensa ABM (del inglés Anti-Ballistic Missiles), para destruir en vuelo cohetes balísticos nucleares de corto alcance a 100 kilómetros de distancia. Alemania prefirió transferir sus sistemas “Patriot” a Polonia, para garantizar la defensa del espacio aéreo de un país miembro de la Alianza. A su vez, se puede notar entre los ministros del Bloque el gesto dubitativo para transferir estas baterías, consideradas casi su columna vertebral de respuesta ante un ataque nuclear masivo con ojivas tácticas por parte de la Federación Rusa.

Movida de ajedrez

Para terminar, se verá en los días venideros si Bruselas decide transferir una parte de sus preciados “patriotas” o si le ofrece a Kiev una opción “B”. La OTAN se comprometió a acompañar indefinidamente a Ucrania en el esfuerzo de repeler al monumental aparato de guerra del Kremlin y al día de hoy, no puede negarse la habilidad de los estrategas de Putin para reinventar sus planes ofensivos en un juego de ajedrez donde ahora le toca mover a Occidente.

¿Será alfil o caballo?, de estas decisiones depende mantener la ventaja en la partida.