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Conflicto

Grave denuncia de Mendoza contra La Pampa por el agua del río Atuel

La provincia gobernada por Sergio Ziliotto estaría violando un acuerdo de 1992 para permitir negocios ilegales de empresas privadas.

Redacción

Por Redacción

12 Junio de 2024 - 09:24

Río Atuel
Río Atuel web

El complejo conflicto fogoneado por el Gobierno de La Pampa, cuyos funcionarios se hacen los distraídos y no reconocen que el bajo caudal que presenta el río Atuel es ocasionado por el cambio climático y no por una decisión de Mendoza, sigue aportando capítulos en la añosa disputa tratando de conseguir un suministro mayor.

La controversia radica en la asignación del caudal de ese curso de agua, crucial para las actividades agrícolas y el uso que se la da en nuestra provincia. 

Con el paso de los años, el conflicto se ha intensificado con peleas legales que han llegado, incluso, a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, sin olvidar que La Pampa trabó la obra de Portezuelo del Viento en el río Grande, Malargüe, que se iba a realizar con los más de US$ 1.000 millones que el Estado nacional le pagó a nuestra provincia en resarcimiento por la promoción industrial.

En ese escenario complejo, el superintendente de Irrigación, Sergio Marinelli, denunció a la provincia vecina por incumplir el acuerdo suscripto entre los dos estados en 1992 sobre el uso del agua del río.

Al respecto, en el programa Círculo Político, que se transmite de lunes a viernes de 14 a 16 por 91.7 CiudadanoNews, el consejero de Irrigación para la cuenca del río Atuel, Gustavo Villegas, explicó precisamente lo que está haciendo La Pampa con el agua.

Cartel Atuel

"Hemos realizado una investigación que es anterior a la presentación de La Pampa por el tema del Atuel, la que desconocíamos, para poder certificar cada una de las pruebas que tenemos en base a una denuncia que hicieron los pobladores de Punta de Agua, un distrito de San Rafael que queda cerca de Santa Isabel y Algarrobo del Águila, dos localidades pampeanas a donde llega el acueducto", explicó Villegas.

Y continuó: "Los vecinos nos comentaron esta situación en el marco de una escasez hídrica que también sufren. Se ven afectados por la poca cantidad de agua que tienen para uso humano, darle de beber a sus animales y mantener sus pequeñas granjas o su plantación para la subsistencia. Pero han notado que en la localidad de Santa Isabel existe una planta embotelladora que vende el agua que Mendoza proporciona por el acueducto. No solo la vende en Santa Isabel, sino también en 25 de Mayo y en Senillosa, en Neuquén".

—¿En algunos lugares de Mendoza se vendía Punta de Agua embotellada?

—Existen dos plantas que cuentan con las habilitaciones pertinentes, que son propietarias del lugar donde se pierde agua de manantial y tienen la autorización para venderla. La diferencia con La Pampa es que el 7 de febrero 1992 se firmó un convenio entre La Pampa, Mendoza y la Nación, por el que Mendoza cede agua potable de manantial para las localidades Santa Isabel y Algarrobo del Águila, una dotación para 6 mil personas. Eso le dio origen a un acueducto de unos 180 kilómetros y lleva aproximadamente 100 metros cúbicos por hora, pero lo que hoy estamos denunciando es que hay un incumplimiento grave porque esa agua no está siendo ocupada solo por esas dos poblaciones, sino que se lucra y se hace fuera de esas localidades.

—¿Tienen autorización de todos los organismos de La Pampa estas embotelladoras?

—Las que están en Santa Isabel sí. Por lo menos una hemos detectado, que es Desierto Andino, y tiene las habilitaciones del Ministerio de Salud y del Departamento de Bromatología de esa provincia.

—¿Esto dio lugar a que Mendoza demande a La Pampa?

—Sí. Hemos hablado con el fiscal y con la Asesoría de Gobierno para que inicien los reclamos frente a la Corte. Imaginamos que va a estar esto en la sala de Juicios Originarios, que es donde se dirimen los juicios o las diferencias entre las jurisdicciones de la Argentina, así que creemos que es el lugar donde se puede zanjar esta situación por el incumpliendo del convenio de 1992.

"En este caso lo que certificamos es que no es un particular que en su casa llena unos bidones y los vende, sino que es alguien que explícitamente tiene una autorización, porque para obtener la certificación de los números de registro que otorga el Ministerio de Salud de La Pampa o el Departamento de Bromatología, se requieren habitaciones municipales. Ahí hay una connivencia entre el Gobierno provincial, el municipal y el vendedor, porque cuando gestiona esa certificación necesita informar de toda su actividad",  opinó Villegas.

Y consideró que "en esto hay que ser claros. Nosotros no podemos faltar al convenio porque somos muy respetuosos de eso, no podemos dejar de proveer el agua que nos hemos comprometido, pero podemos exigir que no se malgaste como se está haciendo, que no se lucre como se está lucrando porque ese no es el objetivo. Si no la necesitan, veamos cómo hacemos, porque los pobladores de Punta de Agua sí la necesitan y son los que hoy están viéndose perjudicados por la falta de agua".

En cuanto a la necesidad de que el Gobierno provincial trabaje en el aprovechamiento de la cuenca hídrica del río Atuel, que se construya el trasvase del río Grande hacia este curso y así se comience a dar vuelta la historia, el funcionario de Irrigación aseguró: "Estoy convencido de que la provincia de Mendoza viene trabajando mucho en todo esto. Viene proponiendo obras para mejorar la eficiencia, para mejorar la oferta y la cantidad de agua necesaria porque entiende y es cumplidora, y va a seguir cumpliendo con la institucionalidad que la Corte Suprema nos exige y con los fallos correspondientes".

"Pero no somos tontos, y creo que tenemos que hacer una acción concreta de exigir el cumplimiento de nuestros derechos. Es decir, no podemos estar cediendo todo el tiempo porque hay un elemento que tal vez no lo hemos tocado y no deja de ser importante: las dos plantas que embotellan agua en Santa Isabel funcionan a través de un sistema de ósmosis inversa, con el que al agua se le sacan minerales y después se le incorporan otros deseados. Es decir que a un agua de excelente calidad se la desmineraliza  y se la vuelve a mineralizar", analizó Villegas.

"En ese proceso se pierde el 40% del agua, es decir que de 100 litros que ellos toman para envasar solo se pueden envasar 60, porque el resto son desperdicios, están cargados de sales y no se pueden usar. Entonces, es un nivel de ineficiencia que parece que nos toman el pelo, porque es un acueducto gratuito, es agua de muy buena calidad y la desperdiciamos, expresó finalmente Villegas.