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Comía en merenderos y hoy es médico: la emocionante historia de "Doctor Corazón"

El joven de 26 años, Sixto Leiva, recordó su infancia y expresó que "pasó por muchas necesidades"

Por Redacción

13 de abril, 2022 - 20:38

En las últimas horas se conoció una emocionante historia de un joven de 26 años que se recibió de médico, luego de juntar y vender latas para sobrevivir.

El 12 de marzo Sixto Leiva, aprobó la última materia y se graduó en la Universidad Nacional de Entre Ríos. “Rendí el ECOE, un examen integrador que presentaba una situación-problema de pediatría, medicina clínica, salud familiar, ginecología y emergentología”, le contó a TN.

Asimismo, el profesional relató momentos de su vida: “Nací y crecí en un hogar con pobreza estructural. Soy hijo de dos obreros de Federación. Hice los estudios primarios y secundarios en una escuela pública de mi ciudad, y cursé la carrera en Concepción”.

De esta manera, comentó que desde pequeño "comía en comedores comunitarios" y que "pasó por muchas necesidades" y que tuvo una vida "de mucho esfuerzo.

“Yo sé que lo mío llama la atención o es noticia por el lugar de donde vengo, pero nunca estuve solo”, expuso ante las cámaras que atendían lo que decía.  Luego de mirar su diploma de médico recordó una infancia juntando latas, vendiendo tortas fritas, repartiendo diarios y cortando el pasto en Federación, Entre Ríos.

En la crisis de 2001, vivió momentos complejos debido a que sus padres estaban sin trabajo, por lo que Sixto comía en comedores comunitarios: “La gente de la ciudad me identifica de esos lugares. Pasamos por muchas necesidades en casa”.

Luego contó que para ganarse algo de dinero, vendía cobre y aluminio”, recuerda. Y sigue: “En Navidad y Año Nuevo siempre levantaba las botellas de la calle para juntar unos pesos y comprarme cosas”.

En el lugar se reunieron familiares y amigos de la zona que pasaron a saludarlo y felicitarlo. Según contó la familia, es "el primer integrante en recibirse".

Finalmente, sostuvo: “Si bien soy consciente de todo el esfuerzo que hice, mis padres nunca permitieron que me faltara nada cuando estudié en Concepción”, remarca el flamante médico. Y sigue: “Valoro muchísimo el haber podido asistir a una universidad pública. Pude estudiar y recibirme. Siendo pobre, no habría podido pagar una privada”.


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