El presidente estadounidense, Joe Biden, reconoció sorpresivamente, este martes 2 de julio, que "casi se queda dormido" en el debate contra el exmandatario Donald Trump y atribuyó su cansancio a los viajes realizados, días antes, a Italia para la cumbre del G7 y a Francia para el 80 aniversario del desembarco de Normandía.
"Decidí dar la vuelta al mundo un par de veces poco antes del debate, no escuché a mi equipo y luego casi me duermo en el escenario", dijo el mandatario durante un evento de recaudación de fondos en McLean, Estado de Virginia, a las afueras de Washington. "No es una excusa, sino una explicación", añadió.
"No fue muy inteligente" haber "viajado", reconoció en un mitin junto a donantes demócratas.
"No escuché a mis asesores", prosiguió el demócrata de 81 años, cinco días después del debate en el que pareció confundido con los temarios a debatir y, por momentos, completamente perdido frente a su contrincante republicano, al que, hasta ahora, deberá enfrentarse el 5 de noviembre en las elecciones presidenciales.
Por el momento, el principal argumento de su equipo de campaña se sustenta en que Joe Biden había pasado una "mala noche", previo al debate, y que sufría un "resfriado" durante el devenir del mismo.