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El Mercosur prepara su descargo ante las trabas ambientales de la UE

Con Brasil a la cabeza, los socios del cono Sur articulan una batería de fundamentos para bajarle el tono a los requisitos ambientales de Bruselas. ¿De qué se trata? 

Por Redacción

02 de agosto, 2023 - 07:12

En los próximos días, el Consejo de Mercado Común del Mercosur terminaría de articular su contrapropuesta a las exigencias que la Unión Europea (UE) planteó, en los últimos meses, para que el acuerdo comercial entre ambos sea, de una vez por todas, ratificado.

La mirada sudamericana

Tras la firma del acuerdo, en el 2019, la UE pausó la ratificación del mismo por cuestiones ambientales e incluso presentó una carta con las denominadas herramientas complementarias, en febrero de este año, exigiendo garantías frente a la deforestación del Amazonas, con respecto al acuerdo original.

Dicho esto, desde el bloque de América del Sur, y bajo el liderazgo de Brasil, perciben que estas exigencias esconden otros intereses, como la de la agricultura francesa, muy subsidiada, que no quiere competir con la producción del Mercosur, altamente tecnificada.

La estrategia brasileña

En este contexto, el país presidido por Lula da Silva, es el socio sudamericano que más perjudicado se siente, principalmente por la exigencia anti deforestación que se impone a los productos manufacturados, accionado desde Bruselas. En consecuencia, el gigante del cono sur pediría una compensación ante la carta de herramientas complementarias, traducido en mayores cuotas para las exportaciones a la UE o, como otra opción, volúmenes más reducidos para algunos productos europeos que se importen a los socios del Mercosur.

A su vez, Brasil intentará lograr nuevas excepciones del viejo continente, a la apertura de compras desde empresas europeas, en la industria de la salud, la construcción financiada por el sector público y la tecnología verde.

Trabas desde Europa

La UE aprobó recientemente una disposición que prohíbe seis productos importados si están vinculados con la deforestación, lo que los exportadores brasileños y los funcionarios del gobierno de Lula denotan como una medida más proteccionista que de carácter de sustentabilidad ecológica.

Mas allá de la buena voluntad, el Mercosur y Bruselas no terminan por ponerse de acuerdo

Desde el Palacio de Planalto argumentan que, a modo de ejemplo, la nueva ley no distingue entre la deforestación legal e ilegal, lo que se transformará en una dificultad interpretativa y obstaculizará la conclusión de las negociaciones comerciales para fin de año.

Miradas distintas

Por su parte, Bruselas advierte que, tras 20 años de extensas negociaciones, no es conveniente replantear el acuerdo, mientras que los negociadores brasileños dicen que están tratando de modificar las concesiones y las cuotas comerciales de importación-exportación para “no reabrir vacíos”, que podrían estancar todo el trato.

Para ambas partes, desde la mirada de las presidencias de bloque, con Brasil en el Mercosur y España en la UE, se coincide en que el trato debe cerrarse antes de fin de año, ya que, de no hacerlo, existe un riesgo creciente de que se postergue, por varios años, su ratificación definitiva.