La semana previa el Santo Pontífice había permanecido internado por tres días y por eso se dudaba de su estado de salud, sin embargo, se lo vio de buen semblante. Sin embargo celebró la ceremonia dedicada a la consagración de la eucaristía en el Jueves Santo en la que agradeció a los sacerdotes presentes el hecho de consagrarse a ayudar a los fieles y hacer llegar el mensaje de Dios.
También se llevo a cabo la ceremonia del lavado de pies a los pecadores, que Francisco siempre realiza con personas que se encuentran detenidas.
En este año eligió estar con los reclusos de la prisión de menores de Casal del Marmo, la misma que eligió diez años atrás. Debido a sus molestias en la rodilla, no se postró ante ellos. En su lugar, los jóvenes se sentaron en un banco sobre un estrado para que el Papa pudiera lavarles sus pies parados.
“Sin el Espíritu del Señor, no hay vida cristiana, y sin Su unción, no hay santidad. Es bueno hoy, en el día nativo del sacerdocio, reconocer que está Él en el origen del ministerio, vida y vitalidad de todo Pastor”, fue el mensaje que dejó el líder cristiano a través de Twitter.
Tengamos cuidado, por favor, de no ensuciar la unción del Espíritu y el manto de la Madre Iglesia con la desunión, con las polarizaciones, con cualquier falta de caridad y de comunión”, exhortó.
¡Cuánta gente no se acerca o se aleja porque en la Iglesia no se siente recibida y amada, sino mirada con recelo y juzgada!”, lamentó.
A la noche se realizará la misa “in Coena Domini” dedicada a renovar por parte de los curas sus votos de pobreza, castidad y obediencia. En la ceremonia se bendecirán los óleos de los catecúmenos, el de los enfermos y del crisma que se utilizan durante el año para los bautismos, confirmaciones y unción de los enfermos.
El viernes el papa presenciará la nocturna Via Crucis en el Coliseo, el Sábado Santo presidirá la Vigilia Pascual y el domingo oficiará, en la plaza de San Pedro, la Misa de Resurrección