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A 22 años de la última "misa" ricotera

Recordamos algunos momentos que lo convirtieron en un hito del rock argentino

Por Redacción

04 de agosto, 2023 - 14:02

El 4 de agosto del 2001, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota se presentaron en el estadio Chateau Carreras de Córdoba, ante unas 40 mil personas que vibraron con las canciones de una de las bandas más emblemáticas del rock argentino. Lo que nadie sabía, ni siquiera los propios músicos, era que ese sería el último concierto de los Redondos, que se separarían meses después por diferencias internas y por el clima de violencia que rodeaba a sus shows.

A 22 años de aquel histórico recital, repasamos algunos momentos clave que lo convirtieron en un hito de la cultura popular argentina.

El inicio con Unos pocos peligros sensatos

La banda sorprendió al público al abrir el show con un tema del primer disco, Gulp! (1985), que no solía tocar en vivo. Unos pocos peligros sensatos fue una declaración de principios de los Redondos, que siempre se caracterizaron por su rebeldía y su independencia artística. La canción, además, tiene una frase que resume el espíritu ricotero: “No me des ideas, yo ya tengo las mías”.

El enojo del Indio Solari

El inicio de la segunda parte del recital fue con otro clásico, Vamos las bandas, de Un baión para el ojo idiota (1988). Al finalizar el tema, alguien revoleó una zapatilla al escenario y el Indio quedó bastante enojado. La situación se repitió un par de canciones más adelante, y al finalizar Sheriff, que integraba Momo Sampler (2000), el Indio aprovechó el silencio después de los aplausos para descargarse: “¿Qué te creés? ¿Que acá están tocando Los Violadores? ¡Me vas a embocar! ¿Por qué no me venís a tirar cosas al camerino, gil?”

 

El pogo más grande del mundo

Uno de los momentos más emocionantes del show fue cuando sonaron los primeros acordes de Jijiji, el tema más esperado por los fanáticos. La canción, que narra la historia de un asesino serial, desató el pogo más grande del mundo, una tradición que se repetía en cada recital de los Redondos. El Indio arengó a la multitud con su frase célebre: “Vamos a bailar todos juntos esta noche. Vamos a hacer el amor con esta canción”.

 

El final con Nuestro amo juega al esclavo

El último tema que tocó la banda fue Nuestro amo juega al esclavo, una crítica al sistema capitalista y a la alienación social. La canción terminó con un solo de guitarra de Skay Beilinson, que se extendió por varios minutos mientras el Indio saludaba al público y se retiraba del escenario. Nadie imaginaba que ese sería el último adiós de los Redondos, que dejaron un legado imborrable en la música y en la historia argentina.