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“Los salarios deben acompañar el proceso de ajuste, si no nos vamos a comer unos a otros”

La Consultora Sarandí difundió un interesante informe con las proyecciones económicas del 2024, donde afirma que la inflación superará el 330%. En Metaverso, hablamos con su titular, el economista Sergio Chouza

Por Redacción

03 de enero, 2024 - 12:08

Sergio Chouza, economista, profesor universitario y director de la Consultora Sarandí, conversó con el programa Metaverso, de Ciudadano.News, en el cual desarrolló en detalle el informe de perspectivas económicas 2024 que elaboró la institución de cara al primer año de gestión de Javier Milei como presidente de la Nación.

“Hacer predicción económica en este momento del país es como navegar con una neblina muy alta y sin una brújula, porque hay una nominalidad desbordada y todo es muy gravitante en términos de la aplicación de políticas económicas”, explicó el especialista.

En ese sentido, agregó Chouza: “Estamos viviendo una aceleración inflacionaria respecto del año pasado, todavía no tenemos el dato de diciembre, pero cerrará el 215%. Es lógico que suceda porque vamos a tener un primer cuatrimestre, por lo pronto, muy caliente en el marco de este proceso de ‘recomposición’, ‘normalización’, ‘sinceramiento’, tal como lo llama el Gobierno”.

Y agregó: “La liberación de los precios regulados repercute en el IPC a modo de salto discreto inicial, pero después tenés inercia, una alta persistencia inflacionaria que es lo que tiene Argentina desde hace 15 años, con lo cual, ese primer cuatrimestre o primeros cinco meses van a ser muy duros en materia inflacionaria, ahí se abre un umbral a partir del cual si el programa lograr generar credibilidad, que el reordenamiento de los precios relativos genere confianza, sea consistente y sostenible, a partir de ahí se puede empezar a ver una baja de la tasa de inflación mensual, aunque a niveles muy altos”.

-¿De qué período de tiempo estamos hablando?

-Abril. Hay que mirar con mucha atención a abril, que es posterior a las subas estacionales de marzo, que suele ser un mes muy caliente y este año, ya sin Precios Justos para la educación privada, ese programa mínimamente te daba algún precio de referencia, a pesar de que no era muy respetado, pero marzo será muy duro y hay que ver abril con atención.

-Este 333,5% de proyección no parece nada disparatado, hablamos de 27% de inflación mensual. ¿La intención es provocar una recesión provocada por precios tan altos que el consumo se caiga? ¿Esa es la estrategia para bajar los precios?

-Al 333,5% del informe le consignamos la evolución a lo largo de los meses, empezaría enero con un 25%, febrero en la zona del 20% pero al 333,5% como es acumulativa, llegás con un promedio mensual de inflación del 13%. La política antiinflacionaria es un programa ortodoxo clásico tradicional que implica inducir un escenario recesivo muy severo, desmonetizando la economía y, como trasfondo a eso, propiciando un escenario de licuación de los pesos, los ingresos y los ahorros.

-¿Hay margen para un ajuste tan fuerte?

-La pregunta es si están dadas las condiciones sociales y políticas para que esto ocurra, porque la población viene muy dañada de 8 años continuos de caída de poder adquisitivo, desde el 2016. Además, hay inconsistencias en la macro que el programa no contempla.

-¿Dónde funcionaron estos planes ortodoxos de ajuste, en qué países, con qué características?

-Hay experiencias, sobre todo en los ’80 del siglo pasado, donde hubo fogonazos inflacionarios en países que hoy son estables desde lo macro. En la región podés recuperar el caso de Brasil, de la estabilización de Perú, uno muy estudiado es el caso de Israel. En todos los escenarios, además de un programa macro muy duro y que implicó resolver los desequilibrios, ir a cuentas públicas más ordenadas, bajar los niveles de desequilibrio en el mercado de dinero, bajar la inflación o intentar estimular el aumento de la demanda de pesos. Pero además de lo tradicional de ordenar la macro, en todos esos casos implicó algún mecanismo de coordinación entre el sector público y el privado, lógicamente guiado por el Estado y con el propósito de generar una malla de contención para la población. Por caso, sería que los salarios mínimamente acompañen, poder generar políticas de transferencia de ingresos a los que la están pasando mal, esa pata es lo que está faltando en el programa de Milei, una coordinación, diálogo con el sector privado para que no nos comamos los unos a los otros.

-Al respecto del resultado primario, que se ve que es de un 0,5% del PBI, ¿vale la pena hacer todo este esfuerzo económico?

-Argentina acarrea 15 años con desequilibrio fiscal, y está signado por dos componentes, el primario, que es la diferencia entre los ingresos y los datos corrientes, y después a eso se adiciona el pago de intereses de deuda. Nosotros creemos que Milei va a lograr un equilibrio primario, más un superávit de un punto del PBI en materia primaria, pero después, descontado el pago de intereses, no creemos que eso quede en cero o en positivo, sino que haya un leve déficit para este año, aun así estamos hablando de un recorte muy significativo del gasto y una convergencia bastante acelerada porque estaría bajando varios puntos porcentuales, 3,5% el déficit como porcentaje del PBI.

-Algo positivo es el tema reservas, porque cuántas veces hemos escuchado decir no hay reservas, en este caso se habla de una especie de recomposición de las reservas…

-Sí, para este año creemos que yendo de arriba hacia abajo el saldo comercial será superavitario, el año pasado tuvimos un rojo comercial del orden de 8 mil millones de dólares, pura y exclusivamente por el efecto de la sequía que nos voló de un plumazo el 25% de las exportaciones argentinas, una cuestión que no se veía hace 100 años, una locura, y eso obviamente minimizó el tamaño de la posición de reservas del Banco Central.