Aumentos desmedidos: alquilar en la CABA supera la inflación y los salarios mínimos

El acceso a una vivienda en la Ciudad de Buenos Aires se ha convertido en una tarea cada vez más difícil para los inquilinos. Un informe reciente del Centro de Estudios Metropolitanos reveló que, en lo que va del 2024, los costos de alquiler aumentaron un alarmante 114,4%, superando con creces la inflación acumulada del 87% en los primeros siete meses del año.

Este escenario genera una presión significativa en los bolsillos de los inquilinos, quienes deben destinar una parte cada vez mayor de sus ingresos para cubrir el costo de un techo.

En términos concretos, alquilar un departamento de dos ambientes en la ciudad ahora requiere un esfuerzo económico considerable. Un inquilino promedio necesita aproximadamente 3,1 salarios mínimos para poder afrontar el alquiler. Con el salario mínimo vital y móvil ubicado en $262.432,93 para agosto, esto representa un incremento del 10,7% en la carga económica en comparación con mayo, cuando se requerían 2,8 salarios mínimos. En enero, la cifra era de casi 2 salarios mínimos, lo que refleja un crecimiento sostenido de los alquileres que parece no tener fin, incluso sin tener en cuenta el aumento del salario mínimo.

A esta situación se suma el constante incremento de las expensas, que subieron más del 10% durante cuatro meses consecutivos. En junio, el aumento alcanzó un pico del 16%, y en los últimos cuatro meses, las expensas acumularon un incremento superior al 70%.

Estos costos adicionales se suman al desafío económico que enfrentan los inquilinos, 

 

Cambios en el mercado tras la asunción de Javier Milei

Con la llegada de Javier Milei a la presidencia en diciembre, las expectativas de cambios en el mercado inmobiliario se intensificaron. Una de sus principales promesas de campaña fue derogar la polémica Ley de Alquileres sancionada en 2019, una medida que rápidamente comenzó a tomar forma. Las inmobiliarias iniciaron el año con una desregulación que, según se esperaba, beneficiaría al mercado de alquileres, particularmente en la Ciudad de Buenos Aires.

En línea con estas reformas, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) implementó medidas para simplificar las operaciones inmobiliarias. Entre ellas, la eliminación de la obligación de registrar los contratos de alquiler en la AFIP y la exención de impuestos para propietarios con hasta dos unidades en alquiler, siempre y cuando cumplan con ciertas condiciones.

Estas acciones buscan aliviar la carga administrativa para los propietarios y fomentar la oferta de propiedades en alquiler.

Una oferta en aumento, pero con precios aún elevados

Gracias a estas medidas, la oferta de propiedades en alquiler mostró un crecimiento constante a lo largo del año, con un incremento acumulado del 22%. El pico se registró en junio, aunque en julio hubo una leve disminución cercana al 1%, lo que podría ser una señal de estabilización en la oferta y, en consecuencia, en los precios.

Actualmente, la oferta se mantiene en torno a las 20.000 unidades, y uno de los aspectos más destacados es el aumento de los anuncios de alquiler en dólares, que han crecido en 6 puntos porcentuales. Esto rompe la tendencia a la baja observada desde febrero y ha impulsado también un aumento en los anuncios de alquileres temporarios.

En términos de distribución geográfica, Palermo continúa siendo el barrio con mayor oferta de alquiler en la ciudad, concentrando cerca del 30% del total de propiedades disponibles. Le siguen Recoleta y Belgrano, que juntas abarcan más del 50% de la oferta. En contraste, barrios como Parque Chas, Villa Santa Rita, Vélez Sarsfield, Villa Lugano y Constitución presentan una oferta casi nula de viviendas en alquiler.

Por otro lado, Puerto Madero se mantiene como el barrio más caro de la ciudad, con un valor del metro cuadrado que supera los $31.000. Montserrat, que experimentó el mayor aumento en el último mes, ha duplicado su valor promedio, consolidándose como una de las zonas de mayor encarecimiento.

Este panorama muestra un mercado de alquiler en constante evolución, donde los inquilinos deben enfrentar no solo los aumentos en los costos, sino también una oferta que, aunque en crecimiento, sigue siendo insuficiente para satisfacer la demanda en la Ciudad de Buenos Aires.