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Puma Morete: "Gallardo necesita una estatua como la de Labruna en River"

El histórico goleador millonario habló con El Ciudadano sobre el presente de River y recordó su pasado como futbolista

28 de octubre, 2021 - 17:56

“Me dedico al campo que es mi pasión. Nunca me gusto ser entrenador de futbol. Mi mujer está internada y estoy triste por eso”. De esta manera, se presenta Carlos 'Puma' Morete, un histórico delantero que se desempeñó en la primera división de Argentina y tuvo un muy buen paso por el futbol de España.

De su paso por el conjunto millonario, hubo un partido que no se olvida. Fue el 28 de octubre de 1973, cuando River goleó a San Martín de Mendoza por 3-0 en el Monumental, con dos tantos del 'Beto' Alonso y uno suyo. Aquel encuentro tuvo una particularidad: hizo su debut oficial debajo de los tres palos Ubaldo Matildo Fillol, considerado uno de los tres mejores arqueros de la historia del futbol argentino.

“Teníamos un equipazo. Al mismo rival le convertí tres goles en otro partido en el Monumental. Tenía mucha suerte frente al Chacarero. Las dos veces que lo enfrenté, les marqué tantos”, remarcó el Puma, a 48 años de aquel acontecimiento deportivo.

Más allá de aquel partido, Morete fue un goleador determinante de comienzos de la década del 70. Con tan solo 18 años, debutó con la camiseta roja y blanca de la mano de Ángel Labruna. Su paso por Núñez fue entre 1970 y 1975. En esos cinco años, disputó 200 partidos y marcó 105 goles.

“Me hizo debutar Labruna. Después se fue y perdimos el Metropolitano de 1970 con Independiente por diferencia de gol. Lo reemplazó Didí que estuvo hasta 1975, año que volvió Angelito y nos sacó campeón, cortando una sequía de 18 años sin títulos”, rememora el delantero que supo vestir, también, la camiseta de Boca e Independiente.

No obstante, el Puma fue protagonista de uno de los superclásicos más recordados de la historia: el 5 a 4 de River sobre Boca en la primera fecha del Nacional de 1972. Aquella jornada en la cancha de Vélez, el Millonario caía por 4 a 2 y terminó dando vuelta el resultado, siendo Morete el autor de los dos últimos goles.  

“Me acuerdo muy bien de ese Superclásico, porque se jugó una semana antes de casarme”, subraya en dialogo con El Ciudadano, recordando sus enfrentamientos frente al Chacarero, su pasó por la institución de Nuñez, qué experiencia le dejó haber jugado en Boca junto a Diego Armando Maradona y el enojo que le produce cuando critican a Lionel Messi.

—¿Qué recuerdos tiene de aquel partido ante San Martin de Mendoza?

—Le hice un golazo en la cancha de River. Teníamos un equipazo. Fue el debut de Ubaldo Fillol, uno de los mejores arqueros que vi en mi vida. Al mismo rival le convertí tres goles en otro partido, también en el Monumental. Fue el 7 de noviembre de 1971. Le ganamos 3 a 1 y creo que (Rubén) Ambroggi descontó para el Chacarero. Tenía mucha suerte ante San Martin. Las dos veces que lo enfrenté, les marqué tantos. En mi carrera, hice 300 goles pero no me recuerdo de todos (risas).

—¿Cuál fue el gol más importante de su carrera?

Fueron muchos, pero recuerdo bien los tres que le hice a Boca en un Superclásico que se disputó un semana antes de casarme. Fue el 5 a 4 en 1972 que hice el cuarto y quinto gol. Además, los que convertí en 1975 para el Millonario pueda cortar con la sequia de 18 años sin ganar títulos. Marqué 24 goles en ese torneo que salimos campeones. En Sevilla y en Las Palmas también hice muchos. En Talleres de Córdoba convertí 20 goles en igual cantidad de presentaciones, con una enorme alegría. Los goles son todos iguales, mientras se puedan gritar todos. Un solo gol no grité.

—¿Cuál fue?

El 2 a 1 que le hice a Las Palmas jugando para el Sevilla. No se lo grité porque la gente de Las Palmas me quiere mucho. No valía la pena hacerlo. Hasta les pedí disculpas. Mas allá de eso, los goles hay que gritarlos siempre.

—¿Cómo definirías tu carrera futbolística? Estuviste en River, Independiente, Las Palmas, Sevilla, Boca, Talleres de Córdoba y Argentinos Jrs.

Tuve la suerte de no haberme lesionado ni sufrir una operación ligamentaria. Sacando algunos desgarros, después nunca pasé por el quirófano y eso me ayudó mucho. Tener un promedio de un gol cada dos partidos marca la estadística de un goleador. Me faltó jugar un Mundial. Gané un Botín de Oro en 1982 por haber marcado 40 goles. Los 20 de Talleres más los 20 de Independiente. Me queda el respeto de todas las hinchas y de mis compañeros. Tuve grandes entrenadores y otros no tantos. Siempre rescató lo extraordinarios que fueron Ángel Labruna, Nito Veiga, el español Miguel Muñoz y Roberto Saporitti.

—¿Qué balance hace de su paso por Boca?

—En 1981 jugué muy poco e hice algunos goles. Cuando se termina mi contrato en el Sevilla, quería terminar mi carrera en River. Entonces, lo llamo al presidente de aquel momento, Rafael Cabrera, quién me dijo que no había chances de regresar porque debía pagar mi pase al Sevilla y no había plata para eso. Además, aseguró: “No era el momento, porque estaba Mario Kempes en el plantel”. Entonces, existían dos propuestas arriba de la mesa: Racing y Boca, pero la Academia no tenía un mango. Entonces, me voy al Xeneize que compró el pase. El equipo jugaba sin 9 y medio queme pudrí del fútbol.

—Boca jugaba con Hugo Perotti, Osvaldo Escudero, Diego Maradona y Miguel Brindisi...

Claro, mi única chance era jugar 10 minutos cuando me ponía el entrenador Silvio Marzolini. Fue un año en el cual logré otro campeonato y además, entrené todos los días con Pelusa. Había que verlo entrenar a Diego, era bárbaro. Fue una experiencia hermosa. Pero de entrada el entrenador me dijo que iba a jugar poco y fue sincero. Entonces, le respondí: ´Silvio, cuando lo crea conveniente me pondrá, sino igualmente voy a estar ahí empujando´. Así fue.

—¿Te dolió no haber terminado tu carrera en River?

—Sí, me dolió mucho, porque cuando llamé a Cabrera desde Europa yo quería volver al club sin importar si estaban Kempes y Luque. El presidente no me quiso. Yo quería terminar mi carrera en River y no me dio esa chance. Esas son dagas que me quedaron. Entonces, me patea River en 1981; y un año y medio después, me llamó Don Pedro Iso, exmandamás de Independiente. ‘Yo quiero que seas el 9 del equipo y voy a luchar para convencerte. El contrato te lo hago en blanco y pone la cifra que quieras’. Le respondo: ‘Si vuelvo a Buenos Aires, voy a jugar en Independiente’. En plena negociación, vuelve a aparecer River que se desesperó por tenerme, pero ya le había dado mi palabra al Rojo de Avellaneda.

—¿Qué te dijo?

— 'Yo quiero que seas el 9 del equipo y voy a luchar para convencerte. El contrato te lo hago en blanco. Poné la cifra que quieras´. Le respondí: ´Si vuelvo a Buenos Aires, voy a jugar en Independiente´. En plena negociación, vuelve a aparecer River que desesperó por tenerme, pero ya le había dado mi palabra al Rojo de Avellaneda.

— ¿Tu cuenta pendiente fue el Mundial '78?

—Yo estaba con un nivel muy bueno. Incluso, ese año jugué la final de la Copa del Rey con Las Palmas. Perdimos con el Barcelona de Johan Cruyff en el Santiago Bernabéu por 3 a 1. Creo que pude haber participado de esa copa del Mundo, igualmente, contaba con Leopoldo Jacinto Luque que era un fenómeno.

—¿Qué tiene éste River de Marcelo Gallardo que logra todo lo que se propone?

—Es un campeón Gallardo. Es un tipo que está pendiente de todo. Juega la reserva y está viendo a los pibes. También, va a ver los partidos de las inferiores. Además, tiene una comunión con los técnicos de las divisiones. Hace entrenar a los chicos y los hace practicar con los de Primera. Ahí se da cuenta para que están. Saca chicos de abajo y arma un equipo nuevo que no se resiente con los cambios. Arma el club con un patrimonio excepcional. Te tenes que sacar el sombrero con Gallardo. Hay cosas que no tienen discusión.

—¿Marcelo es el mejor entrenador en la historia millonaria?

—Gallardo necesita una estatua como la de Labruna en River. Ramón Díaz también es merecedor de su estatua, porque le dio mucho a la institución. El Pelado fue un jugador extraordinario. Igualmente, Marcelo está en otro escalón. Realmente es un técnico que propone de local y de visitante el mismo juego. Se planta en todos los campos de juego. Es un ganador. Respeto máximo a Gallardo y adoración.

—Fuiste uno de los máximos goleadores de River. ¿Julián Álvarez va camino a ser un crack?

—Sí, es un crack. Julián Álvarez está en el mejor momento de su carrera. Si viene un grande de Europa lo tenes que vender sí o sí, es patrimonio del  club y está en su mejor momento. Mientras tanto, hay que disfrutarlo en River y en el seleccionado argentino.

—¿Cuál es el mejor jugador que viste en una cancha?

—Johan Cruyff. Lo tengo en el techo. Yo estuve un año con Maradona en Boca y me sirvió para verlo entrenar.. A Johan lo enfrenté tres años en España y ganó solo la final de la Copa del Rey. Fue un jugador increíble y no salió campeón del mundo con Holanda. Lo mismo le pasa a Messi y es un futbolista extraordinario.

—¿Qué reflexión tiene cuando se discute a Messi en la Selección Argentina?

—Los que discuten a Messi son unos forros y malos tipos. La gente envidiosa y rencorosa lo critica porque no es campeón del mundo. Tiene más de 800 goles y es el máximo goleador de la Selección Argentina. ¿Qué carajo queremos? Hay minas panelistas y tipos pelotudos que se dedican al mundo del espectáculo y hablan de fútbol, ¡por Dios! Dicen cada estupidez que no se puede creer.