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VIDEO| ¿Los michis queridos u odiados en el Medioevo?

Los gatos son uno de los seres más misteriosos y enigmáticos del mundo animal y las creencias alrededor de ellos han sido diversas desde siempre

14 de diciembre, 2022 - 13:12

El gato doméstico, llamado más comúnmente minino,​ michino,​ michi,​ micho ​o morrongo , entre muchos otros nombres es un mamífero carnívoro de la familia Felidae. Es una subespecie domesticada, por la convivencia con el ser humano, del gato montés.

Se cree que los egipcios empezaron a domesticarlos en torno al año 4000 a. C. para mantener a las ratas y ratones fuera de sus graneros. Para los egipcios eran animales sagrados y, como tales, el castigo por matar a uno de estos era la muerte. La diosa Bastet era representada con cabeza de gato. La diosa nórdica Freya conducía un carruaje volador tirado por gatos.

El resto del gato más antiguo encontrado en la Península Iberia y en España, está en el Yacimiento Arqueológico Gadir, sito en Cádiz, donde se puede apreciar el esqueleto de un gato traído por los fenicios hasta esta ciudad española hace casi 3.000 años.

Sin embargo, durante la Edad Media, se pensaba que eran familiares de las brujas. A veces se los quemaba vivos o se los tiraba desde la cumbre de edificios altos durante festividades. La imagen que se tenía de los gatos en la Edad Media no siempre fue positiva. En muchos casos, se les asociaba con el demonio y se comparaba su función de cazadores de ratas y ratones con la forma en la que el mal captaba las almas de los justos. Además, su independencia hacía que la gente los desconfiara, lo que dio lugar a la interpretación iconográfica del gato como símbolo de traición.

 

Diversas corrientes heréticas fueron acusadas de adorar a los gatos, como los cátaros y los Templarios, lo que contribuyó a reforzar esta imagen negativa. Más tarde, se relacionó a los gatos con la figura de las brujas, que se decía tenían la capacidad de convertirse en estos animales.

Sin embargo, no todos los habitantes del occidente medieval tenían una visión negativa de los gatos. En los manuscritos de los monasterios, no solo aparecen como elementos decorativos, sino que también se hacen referencia a ellos como mascotas queridas.

En el mundo islámico, la relación con los gatos era muy diferente. Desde sus inicios hay diversas fuentes que defienden que el profeta Mahoma y otros personajes importantes sentían un gran aprecio por estos animales. Se cree que esto se debía a su utilidad y a su capacidad para mantener limpios los espacios en los que vivían.

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