|01/11/21 08:56 AM

Última visita de Leandro N. Alem a Mendoza

En 1891 el destacado político estuvo en nuestra provincia por segunda vez y dejó sentadas las bases de la Unión Cívica

01 de noviembre, 2021 - 08:56

A fines de 1891 llegó a Mendoza el destacado caudillo político Leandro Nicéforo Alem acompañado de varios políticos nacionales.

Al poco tiempo de producirse la llamada Revolución del Parque, en julio de 1890, Alem, uno de los cabecillas de aquella sublevación, encontró en nuestra provincia el apoyo del sector más popular y de varios políticos locales para solidificar un nuevo partido.

A finales de ese año, Alem partió desde Buenos Aires en ferrocarril con tres correligionarios, los doctores Leguizamón, Molina y Posse. 

Tras más de 16 horas de viaje, al llegar a la estación mendocina lo esperaba una comisión compuesta por Daniel Videla Correas, Exequiel Tabanera, Diógenes Vargas, Agustín S. Baca y David Ortiz.

Al bajarse del tren, vestido de traje negro, con galera del mismo color y una larga barba blanca, fue recibido por Videla Correas, quien le dio un fraternal abrazo. También se encontraba en el andén la banda de música y una gran cantidad de personas que saludaron al político, y al salir lo esperaba una multitud.

 

Recibimiento con flores

Al dejar la estación, Alem tomó del brazo derecho al doctor José Néstor Lencinas y del izquierdo a Pedro N. Lobos Amigorena, marchando detrás de él los hermanos Agustín y Jacinto Álvarez, Carlos Ponce, Arturo Funes, Pedro Guevara y Francisco Moyano, entre otros. 

Así partieron a pie por la avenida Las Heras, en donde el ilustre huésped fue aplaudido y se podía ver a señoras y niñas arrojándole flores a su paso.

 

Imagen de la Ciudad de Mendoza en la época en que fue visitada por el destacado político.

 

Al caminar por esa calle recordó que casualmente en diciembre de 1883 había visitado por primera vez nuestra provincia. Quedó sorprendido y le comentó a su amigo Lobos cómo había cambiado la ciudad en ocho años, ya que cuando la conoció no tenía ferrocarril, ni electricidad ni tranvías a caballo.

Luego, se dirigieron todos hacia la plaza Cobos–hoy San Martín– en donde Alem pronunció unas palabras en la glorieta de ese paseo, donde se habían improvisado unas gradas.

 

El impacto de su discurso

Allí, el brillante orador electrizó a los manifestantes con un memorable discurso, y al terminar, los aplausos estremecieron el sector. Luego pronunciaron palabras los doctores Leguizamón y Molina, quienes también fueron muy aplaudidos.

El mitin tuvo una duración de más de dos horas tras lo que la manifestación se desconcentró.

Después, la comitiva acompañó al ilustre visitante hasta el hotel más importante de la ciudad -ubicado en la calle Gutiérrez, entre España y 9 de Julio- en donde se alojó. En ese mismo lugar Alem y sus correligionarios establecieron las pautas para formalizar una nueva fuerza política en nuestra provincia, convocando a los más fervientes seguidores, como José Néstor Lencinas, Suárez y Torres entre otros.

 

Antigua postal del Gran Hotel, que se ubicaba en la intersección de las calles Gutiérrez y España y donde se alojó Alem.

 

Al día siguiente se realizó un baile en honor a Alem en la casa de Emiliano Torres, ubicada en cercanías de la esquina de Las Heras y Mitre, en la Ciudad.

 

Una asamblea en el teatro

El doctor Alem convocó a una asamblea que se realizó en el teatro Municipal para definir en Mendoza el movimiento de la Unión Cívica.
Allí se realizaron en días sucesivos varias reuniones en las que finalmente quedó consolidado ese naciente movimiento político.

En esas reuniones se perfiló un joven doctor llamado José Néstor Lencinas, que tenía una especial afinidad con Alem y compartía sus ideas. Así, la misión de Alem estaba cumplida.

En los primeros días de 1892, el carismático político partió a Buenos Aires, y cuatro años después de aquella visita a Mendoza, Leandro N. Alem terminó sus días suicidándose en Buenos Aires.

En la actualidad, en la Ciudad de Mendoza existe una plazoleta que lo recuerda y perpetúa su memoria con un busto tallado en piedra realizado por el escultor chileno Lorenzo Domínguez.