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Jean Philippe Goulú, el artista que retrató a conocidos personajes de nuestra historia

Nacido en Suiza, llegó a Buenos Aires a principios del siglo XIX precedido de una reconocida fama lograda con sus miniaturas realistas de finos detalles

07 de marzo, 2022 - 09:15

Jean Philippe Goulú llegó –como muchos otros extranjeros, luego de la declaración de la independencia argentina– con sus pinceles y su caballete para retratar a los personajes más influyentes que tuvo la alta sociedad porteña.

Muy poco se conoce de este personaje y de sus miniaturas pictóricas para las que no solo posaron personajes destacados, sino que a través de su pincel también quedaron reflejados los rostros de los habitantes de una época pasada, que hoy podemos conocer gracias a su arte.

En la actualidad, sus obras son expuestas en varios museos de Buenos Aires, especialmente en el museo Nacional de Bellas Artes.

 

Nacido para dibujar

Jean Philippe Goulú, hijo de Antoine Sébastien Goulú y Marie Barbe Glardon, nació el 4 de setiembre de 1786 en Ginebra, Suiza, aunque siempre se supuso que era de origen francés.

Realizó sus estudios en Europa, pero se conoce muy poco acerca de cómo se inició en el arte de la miniatura. Hacia 1819, quizá con el mismo espíritu aventurero con que actuaron otros artistas de su época, primero se trasladó a Brasil y se estableció en Río de Janeiro, donde entabló una excelente relación con el rey Juan VI y con varios funcionarios de la corte brasileña, y en especial con el hijo del monarca, luego proclamado emperador con el nombre de Pedro I. Los miembros de esa corte le encargaron una serie de obras, entre las que se cuentan retratos de los allegados a la familia real.

Su estadía en la ciudad carioca se prolongó durante varios años, hasta que su espíritu inquieto lo llevó a tomar un buque y viajar a la ciudad de Montevideo, en la República Oriental del Uruguay.

Allí se instaló el joven suizo y efectuó varios retratos al óleo y miniaturas, entre ellos el de la señora María Antonia Agell de Hocquard, fechado en 1823.
Poco tiempo después, nuestro personaje aparece realizando cuadros en Buenos Aires.

 

Retratos de Dominga Buchardo de Balcarce, suegra de Mercedes de San Martín, y del general Lucio Mansilla, ambos realizados por Goulú en 1827.

 

El retrato en el Río de la Plata

El arte del retrato en miniatura tuvo en Buenos Aires a varios artistas y maestros que, al realizar sus obras, dejaban documentado iconográficamente aquel momento de principios del siglo XIX.

Desde la época colonial, algunos retratistas dejaron plasmados con maestría una serie de importantes trabajos, entre los se destacaron Martín de Petris y Ángelo María Camponesqui.

Durante la etapa independentista el artista portugués Simplicio Juan Correa de Sáa (1785-1839), fue uno de los que realizó varios retratos, incluyendo el del cordobés Dean Gregorio Funes en 1815. Esta obra fue luego realizada con la técnica del grabado, en Londres, por el británico Martin N. Bate (1783-1830). Es importante aclarar que esta impresión del sacerdote y político cordobés sirvió de modelo para otras litografías.

Por aquella época, descollaba otro gran artista, llamado Carlos Durand, quien dejó muchas de sus obras en miniatura. También se destacaron figuras como César H. Bacle, Carlos Enrique Pellegrini, Carlos Morel, García del Molino, el reconocido Monvoisin –quien dejó varios trabajos cuando pasó por Buenos Aires– y el gran Amadeo Gras. Pero no cabe duda de que quien más se destacó en la técnica del retrato en miniatura en Buenos Aires fue Goulú.

 

Famosos plasmados por el suizo

Con la llegada de Goulú a la ciudad de Buenos Aires, los vecinos pudientes corrieron la voz acerca de la presencia de aquel pintor que había retratado a importantes figuras en Europa y en la corte del Brasil.

Goulú se estableció en la calle De la Piedad –hoy Bartolomé Mitre– número 63, de la Ciudad. En diciembre de 1824, los periódicos de entonces, en especial la Gaceta Mercantil, anunciaban su presencia como retratista y miniaturista.

Al poco tiempo de encontrarse en la metrópoli, su fama creció rápidamente al realizar finos retratos con grandes detalles que marcaron la diferencia de los pintores anteriores. A pesar de que su fuerte era la miniatura, los retratos al óleo fueron otra de sus especialidades.

Entre sus clientes favoritos figuraron Mariano Rolón, Federico Brandsen, Lucio Mansilla, Vicente López y Planes y su esposa doña Lucia Riera, José María Coronel y el Almirante Guillermo Brown.

Varias de estas obras se encuentran hoy en el Museo Histórico Nacional y en el Museo del Arte decorativo.

A la larga lista de personalidades se le suman otras figuras muy renombradas que fueron retratadas por el pintor en 1827, como Mercedes Tomasa de San Martín, la hija del Libertador; el de su suegra, doña Dominga Buchardo viuda de González Balcarce, y el de la madre de ésta, la patricia argentina doña Gerónima de San Martín Zevallos de Buchardo, quien al enterarse de la victoria del General San Martín en Chacabuco, mandó a forjar, en una de las rejas de su casa –ubicada en San Martín y Córdoba, de la Ciudad de Buenos Aires- el año 1817 y las palabras “¡Viva la Patria!”.

Otros de sus trabajos fueron los cuadros de doña Dominga Rivadavia y el de la señora Carmen Zavaleta de Saavedra.

En 1828 el artista suizo suplió a su compatriota Jean Guth en la cátedra de Dibujo de la Universidad de Buenos Aires. Goulú se presentó como postulante y fue seleccionado entre otros dibujantes para ser el nuevo profesor de esta cátedra.

Su fama ha pasado a la historia de nuestro arte por sus exquisitas miniaturas, de características finas, elegantes, de suaves veladuras, y rostros magníficamente plasmados.

 

Su descendencia mendocina

Jean Philippe Goulú llegó a Buenos Aires con su esposa, Rose Louise Félicité Chabrÿ, con quien se había casado el 21 de abril de 1816 en París. El matrimonio tuvo varios hijos, y uno de ellos –Jean Federick– nació en Argentina en 1831 y se casó con una francesa en 1860 en el país galo.

Unas de sus hijas, llamada Fanny, tuvo el honor de ser retratada por su padre, miniatura que actualmente guardan los descendientes de la familia Goulú.

Con relación a la fecha de su muerte, se sabe que se produjo en Buenos Aires en 1853, y desde 1855 sus restos permanecen en el cementerio de la Recoleta.

Su nieto, llamado Felipe Federico, fue teniente coronel del Ejército, y destinado en Mendoza participó de la revolución de 1905. Por su parte, uno de sus hijos –Felipe Noes Goulú Richmond– se casó en Mendoza con Erminda García en 1927, dejando varios descendientes en nuestra provincia.