Son de terror

Los "zombies" existen y están entre nosotros: ¿dónde se ocultan?

No son como los que muestra el cine, pero pueden llegar a ser terroríficos y peligrosos dado que son reales y nos acechan.

Redacción

Por Redacción

29 Agosto de 2024 - 12:45

Imagen: archivo web

Los "zombies" son la representación de  cadáveres que han resucitado o han vuelto a la vida, es decir, muertos vivientes, convirtiéndose desde hace mucho tiempo en los personajes ficticios de terror más populares, sobre todo impuestos por películas o series de terror que los toman como protagonistas.

El cine nos muestra personajes ficticios, pero entre nosotros se mueven otros que son reales. (Foto: web)

Entre las características casi universales de los estos "terribles" personajes, figuran que si te muerde uno de ellos, te conviertes en otro, que se alimentan de cerebros, que se van pudriendo poco a poco, que no pueden hablar, que se mueven por instinto o que la condición zombi suele ser provocada por un virus y puede transmitirse a través de mordeduras o arañazos de un infectado.

Nuestros "zombies" reales

Pero en la naturaleza existen varios organismos que pueden comportarse como "zombies" debido a la manipulación de sus comportamientos por parte de otros seres. 

Por ejemplo, se ha descubierto a hormigas infectadas por el hongo Ophiocordyceps unilateralis, que las obliga a subir a lugares altos antes de producir esporas, lo que ayuda a dispersar el hongo.

Uno de los "monstruos" que nos acechan a diario. (Foto: web)

También hay cucarachas controladas por ácaros de la familia Pterygosomatidae, que pueden infectarlas y modificar su comportamiento, haciéndolas subir a lugares elevados para facilitar la dispersión de los ácaros.

Por su parte, el parásito Leucochloridium paradoxum infecta a los mosquitos y los obliga a ir a lugares húmedos, lo que ayuda a completar el ciclo de vida del parásito.

También existen caracoles controlados por trematodos para controlar su comportamiento y de esta manera facilitar su dispersión con el peligro de infección en diferentes zonas del cuerpo.

Caracol afectado por trematodos. (Foto: web)

Entre otros casos raros, la enfermedad de Nosema, un microorganismo del grupo de los hongos, parasita las células de la pared interna del intestino de las abejas, destruyéndola.

Un peligro para los humanos

Pero quizás el más peligroso de todos sea el Toxoplasma gondii, el parásito causante de la toxoplasmosis, una enfermedad leve en la mayoría de los casos, pero que puede complicarse en ciertas situaciones. Este parásito se aloja en gatos y otros felinos, y en ellos tiene lugar la fase sexuada de su ciclo de vida.

En los humanos o los ratones, estos parásitos invaden células, formando quistes en los músculos y en el cerebro, los cuales pasan normalmente desapercibidos para el sistema inmune. 

De esta manera, los cerebros afectados aumentan la producción de dopamina, que en los ratones provoca que pierdan el miedo a los gatos y, por lo tanto, sean más fácilmente capturados y comidos por estos, cerrando el ciclo del parásito.

También los humanos pueden ser afectados, llegando incluso a sufrir esquizofrenia. (Foto: web)

En tanto, en los humanos ocurre algo similar y la producción de dopamina provoca múltiples efectos que pueden resultar alarmantes a la vez que fascinantes: aumento del apetito sexual, aumento de la autoconfianza y de la agresividad, esquizofrenia, autodestrucción, desorden bipolar y hasta tendencias suicidas. Como se puede apreciar, la manipulación a la que nos somete el parásito no es precisamente leve.  

Estos pocos ejemplos (hay muchos más) muestran cómo diferentes organismos pueden manipular el comportamiento de otros seres para beneficio propio, creando en la naturaleza un fenómeno similar al de los "zombies", con seres que pueden llegar a ser tan terroríficos y peligrosos como los del cine, los videojuegos o la televisión.