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Pueblos fantasma: destinos imperdibles para los amantes de la historia

Explora los fascinantes pueblos abandonados de Buenos Aires y sumérgete en su encanto histórico. ¡Planifica tu visita ahora!

Por Redacción

17 de agosto, 2023 - 19:32

Los fines de semana largo siempre son una buena excusa para salir del confort de la casa e ir a conocer lugares escondidos. Por ese motivo, estos son cinco pueblos ‘fantasma’ de la provincia de Buenos Aires que no podés dejar pasar por alto. Se trata de lugares que quedaron detenidos en el tiempo por falta de habitantes. El parámetro común es el fin de los ferrocarriles, que condenaron estos pueblos al olvido.

 

Gándara

Se encuentra en el partido de Chascomús, sobre la Ruta 2. Era la localidad donde estaba la fábrica de lácteos con ese nombre. Además de la empresa, se destacaba por un monasterio.

Durante su mejor momento, se construyeron las casas de los empleados alrededor de la fábrica, pero el cierre en 2003 generó que casi todos los habitantes abandonaran el pueblo. Actualmente solo queda Oscar Sueldía, que trabajó en Gándara por más de 30 años y sigue viviendo en una casita cercana al edificio principal.

Muchos ciclistas todavía visitan el lugar mientras entrenan en la Ruta Chascomús-Gándara y la estación de trenes todavía está activa.

 

 

Ernestina

Nació en el partido de 25 de Mayo en 1852, de la mano de las obras para que el tren llegue a la zona.  Se fundó en 1896 y creció de la mano del ferrocarril. En su mejor momento contó con hotel, club deportivo, teatro, sastrería, farmacia y bares.

Llegó a tener 1.800 habitantes y en 1925 se preparó para recibir al rey Eduardo VIII de Reino Unido, pero el monarca no pasó por ahí. Con el fin del ferrocarril, Ernestina pasó al olvido, pero con el paso de los años se convirtió en un destino turístico.

 

Estela

Se encuentra en el partido de Puán, a 665 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires. Cuando el tren dejó de llegar, en la década del 90, vivían unas 100 personas. Los últimos habitantes abandonaron el pueblo en 2022.

En su época de gloria, se destacaba una fábrica de harinas, una escuela y un almacén. Sin embargo, ahora solo quedan calles de tierra.

 

San Mauricio

Ubicado en el partido de Rivadavia, su mayor impulso se generó a principios del siglo XX de la mano del ferrocarril. En ese momento, la actividad económica floreció y tuvo hasta un hotel.

Tuvo hasta 1.500 habitantes repartidos en 40 casas. De a poco se fueron retirando del lugar y el golpe fatal llegó en 2001, cuando una gran inundación obligó a abandonar el pueblo y nunca más regresar.

 

Villa Epecuén

Cuando en 1985 una inundación dejó todo el pueblo bajo el agua, era un lugar turístico que recibía más de 25 mil visitantes durante el verano. La evacuación duró 15 días y hasta se debieron retirar féretros que salieron del cementerio.

Los habitantes nunca regresaron al lugar, que se mantuvo inundado durante meses. Con el paso de los años el agua abandonó el lugar y ahora es un destino de culto para los amantes de la fotografía.