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Problemas del sueño: cómo preparar el cuerpo y la mente para dormir bien

Las tres formas mas importantes que no suelen fallar a la hora de descansar

Por Redacción

08 de noviembre, 2022 - 10:34

Cuando se sufre de insomnio se padecen dificultades para dormir o para mantener el sueño y es frecuente despertarse varias veces en la noche. También ocurren despertares tempranos en la madrugada y la sensación de no haber dormido bien al levantarse por la mañana.

Durante el día, las personas con insomnio suelen tener cansancio o sueño y corren más riesgo de enfrentar ansiedad, trastornos de memoria o les cuesta estar concentradas. Incluso, pueden estar más irritables.

“El problema no está necesariamente en las técnicas. Puede que algunas personas necesiten aplicarlas de forma diferente, tal vez de manera más relajada y menos orientada a objetivos, o combinadas en lugar de como intervenciones singulares”, sostuvo en una entrevista con The Washington Post la especialista.

Aunque el insomnio está relacionado con la ansiedad, la depresión y otros problemas de salud mental, también puede exacerbar e incluso provocar síntomas psiquiátricos. Consultada al respecto, la experta explicó que el tratamiento del insomnio, en muchos casos, “no tiene por qué depender del tratamiento de cualquier condición psiquiátrica subyacente, y puede beneficiar no sólo al sueño sino también a la salud mental”.

1- Tomar selfies mentales

“Si vivís con insomnio, probablemente sepas cómo puede ser la mente por la noche. Nos conduce a través de nuestros remordimientos, ansiedades, problemas y listas de tareas. Nos iría mejor si nos enfrentáramos a nuestros problemas durante el día, nos relajáramos por la noche y esperáramos a estar somnolientos para ir a la cama”, dijo.

Para eso, la experta propone utilizar la “configuración de selfie”. “Redirigí tu atención desde el tema de tu pensamiento excesivo al hecho de que estás pensando en exceso. Ejercé este autoconocimiento con suavidad, sin juzgar y de forma repetida, siempre que te sorprendas pensando en exceso. 

 

 

2. Reducir la ventana de sueño

Cuando adoptamos un periodo de sueño irrealmente largo (dormirse a las 10 de la noche y despertarse a las 8 de la mañana, por ejemplo), puede dar lugar a interrupciones del sueño, sueño ligero y periodos de vigilia prolongados. “

Además, nuestra capacidad para dormir puede disminuir con el estrés, la ansiedad, la cafeína tardía, las siestas prolongadas, los cambios de salud, los medicamentos, entre otros”.

3. Pensar en el sueño como una función corporal

“El sueño también se descarrila fácilmente por la autoconciencia y es impermeable al esfuerzo porque se presta a la ansiedad de rendimiento. Nos presionamos para dormir bien debido a lo que está en juego, ya sea real o supuestamente, y, en consecuencia, nos interponemos en el camino”.

“Al final de la noche, muchos de mis pacientes son ingenieros de control de calidad cansados pero decididos, que vigilan ansiosamente su entorno, su comportamiento y su nivel de somnolencia. 

Los adultos pueden reclamar esta relación natural con el sueño y aprender a salir de su camino. Reconocé que dormir no es tu trabajo, sino el de tu cuerpo. Abordá tus hábitos de sueño de forma relajada, flexible y curiosa”, finalizó.