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Conexión entre los abrazos y el desarrollo cognitivo infantil

La Biological Psychology nos revela cómo los abrazos impactan directamente en la regulación nerviosa. La liberación de dopamina durante el abrazo se convierte en un antídoto eficaz contra la ansied ad infantil

Por Redacción

21 de enero, 2024 - 22:04

El contacto piel-a-piel entre una mamá y su bebé se erige como un vínculo crucial para el sano desarrollo infantil. La recomendación de entre 4 a 12 abrazos diarios resalta la importancia de este gesto en la crianza. Además, los beneficios no solo se limitan al plano emocional, sino que abrazar a los bebés incrementa la producción de serotonina y favorece la generación de glóbulos blancos.

En coincidencia con el Día Internacional del Abrazo, celebrado cada 21 de enero, es que se ha estudiado que más allá de ser un gesto afectuoso, el abrazo se revela como un factor determinante en la formación de cerebros y cuerpos sanos.

Para garantizar el desarrollo normal, los niños necesitan diversos estímulos sensoriales. El contacto físico, en particular, se destaca como uno de los más cruciales para el crecimiento tanto cerebral como corporal. Investigaciones respaldadas por la Canadian Association of Paediatric Health Centers respaldan la relevancia del contacto piel-a-piel, recomendando entre 4 a 12 abrazos diarios.

Seguridad y confianza 

La revista científica Developmental Medicine & Child Neurology destaca que, tras nueve meses en el vientre, los bebés experimentan una transición en la sensación de seguridad. Los abrazos intervienen liberando serotonina, la cual eleva la autoestima en los pequeños. Además, la oxitocina, conocida como la hormona del amor, estimula el crecimiento y fortalece el vínculo emocional.

Beneficios para bebés prematuros 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha introducido nuevas directrices, incluyendo el Método Mamá Canguro (MMC), que aboga por el contacto piel con piel entre el bebé y su madre durante al menos 20 horas diarias. Este método mejora las posibilidades de supervivencia y salud, regulando la respiración y favoreciendo la lactancia.

Fortalecimiento del sistema inmunológico

La cantidad de abrazos impacta directamente en la salud inmunológica de los bebés. La organización Pediatric Childcare señala que el contacto físico activa el sistema inmunitario, generando más glóbulos blancos. Este efecto no solo fortalece las defensas, sino que también reduce los niveles de cortisol, equilibrando los niveles de estrés.

Fuente: Pexels / Polina Tankilevitch

Regulación emocional 

El sistema nervioso, clave en la regulación emocional, se ve beneficiado por los abrazos. En situaciones de excitación, como un berrinche, los abrazos actúan sobre la parte que controla la calma. La liberación de oxitocina y dopamina durante el abrazo, según la Revista Científica Biological Psychology, contribuye a reducir la ansiedad y el estrés en los pequeños.