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Rugby en las cárceles, una experiencia transformadora

En 2009 se formó un equipo en el penal 48, llamado Los Espartanos, y destacan la incidencia altamente positiva entre los reclusos

Por Redacción

30 de agosto, 2023 - 21:22

Hace más de 10 años, en una cárcel de máxima seguridad bonaerense, se formó un equipo de rugby, que ahora es objeto de estudio por haber transformado la vida de los reclusos. Conocido como Los Espartanos, fue creado en 2009 en el penal de San Martín, por iniciativa de Eduardo 'Coco' Oderigo, abogado penalista y ex jugador. 

Oderigo decidió llevar el deporte a la cárcel porque había observado "demasiada tristeza y resentimiento, gente sin hacer nada y desmoralizada", por lo que comenzó organizando sesiones semanales de entrenamiento y partidos entre los reclusos, para hacer frente a las difíciles condiciones que había dentro del penal.

 

Existían por entonces otras actividades recreativas, educativas y deportivas como fútbol, yoga, estudios de grado en trabajo social y visitas organizadas por iglesias en los presidios, pereo según una investigación del IAE Business School, las historias de los presos sugirieron que estas actividades tuvieron comparativamente poco impacto, o sin alcanzar la escala del rugby.

Los Espartanos lograron efectos transformadores en las vidas de los jugadores y de toda la prisión. La experiencia derivó en beneficios sociales más amplios, y entre ellos se destaca que bajó la reincidencia.

"Libertad tras las rejas: el papel central de las emociones en la naturalización de una analogía para el cambio social", se titula el trabajo, que desarrollaron los investigadores Tomás Farchi; Danielle Logue; Pablo Fernández; y Roberto Vassolo, y fue publicado en el journal Organization Studies. La investigación, además, resultó finalista del "Best Published Paper in 2022 Award", otorgado por la @Organization & Management Theory (OMT) de la Academy of Management.

 

Los investigadores exploraron cómo un equipo de rugby en una prisión de alta seguridad se convirtió en una respuesta organizacional que transformó sustancialmente la vida de las personas en prisión, dentro y fuera de la cárcel. A partir de ahí, examinaron al rugby como una analogía de "nuevos modelos de comportamientos e identidades en contextos de extrema desventaja" y destacaron el trabajo emocional específico que se necesita para que la analogía tenga efecto.

Identificaron tres mecanismos clave para el éxito de Los Espartanos: las personas en prisión reconocieron en el rugby elementos que les resultaron familiares; pudieron asociar nuevos significados y respuestas emocionales a experiencias vividas en la cárcel y fueron capaces de crear nuevas rutinas, prácticas y rituales, contribuyendo a la elaboración de una nueva identidad.

 

En la actualidad, Los Espartanos cuentan con más de 650 voluntarios, que acompañan a 3.030 jugadores, un modelo que se reprodujo en 69 unidades penales de siete países. El trabajo fue tan destacado que en 2018, un grupo de jugadores de Nueva Zelanda, los All Blacks, visitó el penal y brindaron una clínica a los reclusos sobre aspectos del juego.