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¿Por qué Buenos Aires no sufre la falta de agua como Montevideo?

El investigador del Conicet Miguel Pascual, destacó el acceso que tiene la provincia al Río de la Plata y alertó: "El cambio climático nos hará enfrentar situaciones extremas e inéditas"

Por Redacción

13 de julio, 2023 - 08:53

La ciudad de Buenos Aires tiene condiciones que la hacen más resiliente a la sequía que afecta a Montevideo, como el acceso al agua dulce del Río de la Plata y el abastecimiento desde un gran acuífero, aseguró a Télam el investigador del Conicet Miguel Pascual quien, no obstante, remarcó que el cambio climático "nos hará enfrentar situaciones extremas e inéditas" por lo que es clave que en las ciudades "nos preguntemos de dónde viene el agua que consumimos".

"En las grandes ciudades, con la alienación y el aislamiento de la naturaleza que nos rodea, cada vez nos hacemos menos preguntas acerca de dónde provienen las cosas; entonces pensamos que los alimentos vienen de los supermercados y el agua de la canilla; cambiar esto es urgente", dijo Pascual, investigador del Instituto Patagónico para el Estudio de los Ecosistemas Continentales (Ipeec-Cenpat).

Investigador y divulgador de la conservación y manejo de ecosistemas fluviales, Pascual es además profesor de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco y coordinador de la Red EcoFluvial.

En el contexto de la crisis hídrica que atraviesa Montevideo, el especialista dialogó con Télam sobre el impacto del cambio climático, la necesidad de generar sistemas flexibles que permitan adaptarse a eventos ambientales nuevos y el vínculo de quienes habitan las ciudades con la naturaleza.

- ¿Puede la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores quedarse sin agua en el corto plazo como le sucedió a Montevideo?

- Para contestar esto hay que entender qué pasó en Uruguay. Como toda crisis hídrica, tiene una parte que es climática, pero también hay cuestiones de gestión; es decir, se combinan aspectos biofísicos propios del ambiente con cómo los humanos respondemos a eso. El clima de la región está experimentando el evento de La Niña (que produce sequías), mucho más prolongado que lo que habíamos conocido hasta ahora; los pronósticos decían que en el corto plazo debía haber una transición hacia El Niño, que es una fase húmeda, y eso no ocurrió. En Montevideo, años anteriores, había pasado que el otoño y el invierno traían alguna lluvia salvadora, aunque igualmente las reservas de agua ya venían bajando. Lo que sucedió este año fue que esa lluvia no llegó. Esa es la realidad biofísica. Es muy importante comprender que detrás de esto está el cambio climático, un proceso gradual, pero que está acompañado de la amplificación de extremos climáticos, que tienen mayor frecuencia e intensidad los fenómenos como esta sequía y entonces empiezan a ocurrir eventos nunca observados y los sistemas de gestión no están preparados para responderlos.

- ¿Es posible pensar que a Buenos Aires le pueda pasar algo similar?

- Buenos Aires tiene las mismas condiciones climáticas que Montevideo, pero tiene mayor resiliencia a este tipo de sequías por las características ambientales. En principio, el Río de la Plata en esta orilla provee una enorme fuente de agua dulce. Además, Buenos Aires combina ese suministro con el uso de aguas subterráneas y tenemos la suerte de contar con otra gran reserva de agua dulce en el acuífero Puelche, aunque no está exento de problemas. Esta diversificación hace que, en principio, la situación sea diferente. Esto no quiere decir que no se necesite pensar una buena gestión. Por ejemplo, el acuífero Puelche recibe el agua del acuífero Pampeano que lo vincula al agua superficial y aquí hay muchos problemas de contaminación. Por otra parte, tanto Montevideo como Buenos Aires tienen cada vez más población y, por lo tanto, más demanda.