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Piden otorgar un salario mínimo para los comedores comunitarios

Agrupaciones de izquierda reclaman que el Gobierno atienda las necesidades de muchos desocupados que realizan actividades solidarias 

11 de septiembre, 2020 - 07:46

Desde hace algunos meses que diferentes organizaciones sociales y también políticas, como el Polo Obrero, vienen solicitando al gobierno el reconocimiento de la importante tarea de todas aquellas   personas que atienden a diario comedores y merenderos comunitarios.

La solicitud tiene mucho asidero, si se tiene en cuenta que se multiplicó rápidamente el número de sitios que preparan raciones de comida para atender las necesidades alimentarias de cientos de familias. Familias que constituyen esa primera línea de vulnerabilidad que dejó la pandemia de COVID-19, todas las medidas que se tomaron para contrarrestarla y que el Gobierno nacional se comprometió asistir en primera instancia. Sin embargo, fueron otros miembros de la sociedad, con la misma pobreza encima, que se hicieron cargo de dar una mano en los bolsones de pobreza.

La mayoría de las mujeres y de los hombres que atienden diariamente los comedores populares, son desocupados. Uno recorre esos lugares y nota inmediatamente que  su tarea no es para nada fácil, reunir todos los elementos para preparar nutritiva comida es una lucha en el día a día. Por ellos, es que se está solicitando un pago de jornal o salario, que a su vez les serviría de soporte de ayuda a sus propias familias.

 

“Si hay plata para arreglar con el FMI, debe existir para abonar salarios mínimos”

El último pedido al Gobierno nacional, de los muchos que se han presentado en los últimos tiempos, proviene de la izquierda, específicamente el Polo Obrero. El Ciudadano dialogó con Lorena Fernández, una de las jóvenes que impulsa la iniciativa en la provincia de Mendoza, quien en primera instancia dijo: “Desde el Polo Obrero estamos presentando un proyecto donde proponemos el reconocimiento del trabajo de desocupados que atienden comedores y merenderos comunitarios, tarea que redoblaron con mucho sacrificio frente a la pandemia del coronavirus”. 

Al preguntarle sobre las condiciones de las denominadas zonas vulnerables, detalló: “Hay muchas necesidades en los barrios populares, por eso se abren más improvisados lugares donde se preparan comidas frente a los enormes problemas nutricionales que se viven en esos lugares, donde el hambre, desocupación y necesidades de vivienda están creciendo, aspectos que se han profundizado con la pandemia y que, aún así el Gobierno no atiende”.

Cuando se le hizo notar la situación del país y de la provincia, la joven respondió: “Mientras el Gobierno nacional atiende los plazos de la deuda con millones y millones de pesos, crecen los desocupados, que lejos de aislarse, se une para dar una mano a otros en las mismas o peores condiciones de vida en las que se encuentran millones de argentinos y miles de mendocinos. Por eso sería importante que se notara cómo los comedores populares son atendidos por esas personas que perdieron su trabajo y, sin embargo, hacen de todo para conseguir carne, verduras, leche y pan”.

 

La dura tarea de juntar alimentos y producir raciones de comida

Al dar detalles lo que a diario viven las personas que están al frente de los merenderos, expresó: “El día a día es incesante y muy trabajoso. Cuesta conseguir mercaderías y para cocinar los alimentos se recurre a tablas, ramas secas y todo lo que sirva para hacer fuego, porque la garrafa es un servicio inalcanzable, incluida la garrafa social. Agrupaciones, como el Polo Obrero, apoyan mucho con la distribución de miles de raciones que salen de los comedores populares, ante la imposibilidad de la gente de trasladarse por las medidas sanitarias y de aislamiento por COVID. Pero, el mayor esfuerzo con mucho sentido solidario sale de mujeres y hombres desocupados, que mantienen esos comedores para abastecer a cientos de familias”.

Al profundizar la mirada sobre los seres que dan vida a los comedores y merenderos, agregó: “Creemos que el trabajo que esas personas realizan con mucho sacrificio tiene que ser reconocido como una tarea esencial. Debe entenderse con magnitud, que esos sitios no detuvieron su acción con la cuarentena, que los comedores populares estamos alimentando a cientos de familias en toda la provincia, mientras se profundizan desocupación y hambre, que no atiende el Gobierno. Por eso estamos solicitando que el estado reconozca una suerte de salario igual a la canasta básica familiar para todas aquellas persona que son el puntal para enfrentar al hambre desde los comedores y merenderos comunitarios”. 

Finalmente, resaltó: “No es una cuestión difícil, ni de atender y mucho menos de concretar. Le repito, se destinan millones y millones de pesos para el pago de la deuda, como así también en otras cosas del estado. ¿No se puede dar una mínima respuesta laboral? Sobre todo si se trata de personas que han sido y son esenciales para atender a toda aquella gente con grandes necesidades nutricionales, que junto a sus hijos viven inmersos en profunda pobreza”.