Manteros digitales: el auge de la compra, venta y trueque en redes sociales

El fenómeno de los manteros digitales ha cobrado un impulso notable en las redes sociales, transformando la forma en que las personas compran, venden y canjean bienes y servicios. A diferencia de los manteros tradicionales, que despliegan sus productos en mantas sobre la vía pública, los manteros digitales utilizan plataformas como Facebook, Instagram y WhatsApp para conectar con potenciales compradores y vendedores. 

En estos espacios, se comercializan productos nuevos o usados y se ofrecen servicios de diversa índole. Esta economía social ha generado la creación de comunidades virtuales que permiten a sus miembros intercambiar productos y servicios de manera directa, sin la necesidad de intermediarios, fortaleciendo así los lazos entre las personas y fomentando la autogestión económica.

Facebook es uno de los principales escenarios donde se desarrolla esta tendencia, con una gran cantidad de grupos dedicados al trueque, la compra y venta de productos. Desde ropa y muebles hasta servicios especializados, estos grupos han proliferado en los últimos años, especialmente desde la pandemia, que marcó un resurgimiento de las prácticas de trueque en línea. Estos espacios digitales son utilizados por personas de clase media o baja, si no que incluso en barrios de alto poder adquisitivo, como Nordelta, han surgido grupos donde los residentes compran y venden artículos. Estos grupos han adoptado nombres creativos como "Truequelandia" o "Venta ropa CABA" y cuentan con decenas de miles de miembros activos, lo que evidencia la masificación de esta práctica.

En los barrios más humildes, se ha popularizado la realización de ferias virtuales a través de transmisiones en vivo en redes sociales. En estas ferias, las vendedoras muestran una a una las prendas o productos que ofrecen, mientras las compradoras comentan y cierran las ventas en tiempo real. Esta modalidad permite a las vendedoras llegar a un público más amplio, si no que también les brinda la oportunidad de vender productos de manera rápida y eficiente. 

La creación de redes por barrios es otro aspecto destacado de este fenómeno. Durante la pandemia, surgieron grupos de WhatsApp bautizados como Polirubros, donde los vecinos comenzaron a ofrecer una variedad de productos y servicios, desde alimentos hasta reparaciones del hogar. Estos grupos, que inicialmente se crearon como una respuesta a las restricciones impuestas por la cuarentena, han perdurado y continúan expandiéndose. Son especialmente útiles para quienes buscan generar ingresos adicionales a través de pequeñas "changas", y para aquellos que prefieren comprar localmente en lugar de recurrir a grandes cadenas comerciales.

En paralelo, los grupos de compra y venta de ropa y accesorios también han crecido significativamente. Muchas de estas comunidades comenzaron como grupos pequeños entre amigas, pero rápidamente se han expandido, como es el caso de "Outfit circular y tarot", un grupo creado por mujeres periodistas que hoy cuenta con cientos de miembros. En estos espacios, se pueden encontrar prendas y accesorios de segunda mano en excelente estado a precios accesibles, ofreciendo a los productos una segunda vida y fomentando la moda sostenible. Además, estos grupos eliminan la necesidad de intermediarios, lo que permite a las vendedoras obtener una mayor ganancia.

Finalmente, otro segmento en crecimiento dentro de los manteros digitales es el de la venta y canje de muebles y electrodomésticos. La crisis económica y el aumento de los alquileres han obligado a muchas personas a mudarse o reducir su espacio vital, lo que ha incrementado la oferta de estos artículos en las redes. 

Ya sea por la necesidad de deshacerse de muebles antes de una mudanza o por la intención de obtener ingresos adicionales, estos grupos permiten a las personas vender sus pertenencias de manera rápida y sencilla. Sin necesidad de desplazarse, los manteros digitales han encontrado en las redes sociales una herramienta poderosa para generar ingresos y hacer frente a la incertidumbre económica.