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La nueva experiencia del vino mendocino en pandemia

Los turistas buscarán visitar bodegas de Mendoza a pesar no contar con una Fiesta Nacional de la Vendimia presencial.

28 de enero, 2021 - 11:38

Los turistas este año buscarán llegar a Mendoza, uno de los crisoles de Argentina discriminado recientemente por Alberto Fernández, para recorrer bodegas y buscar nuevas experiencias aliadas a la cultura más vieja del mundo. Pero con un aditamento distinto. No podrán presenciar la máxima fiesta de los mendocinos con el esplendor que suele regalar el Anfiteatro Frank Romero Day.

Sin embargo, la aventura mendocina propondrá una Fiesta de la Vendimia acalorada, con luces, artistas, y guiones para escenarios ubicados en locaciones magníficas al pie de la Cordillera de los Andes, aunque en formato hollywoodense, por darle una definición cinematográfica.

Y el compañero de las aventuras de los viajeros será siempre el vino, nuevo, añejo, jugoso, fresco, aromático, blanco, verde, rojo, rosado, o con los miles de colores que suele ofrecer el sol atravesando una copa con el producto de la uva madura fermentada magníficamente tratada por los sabios elaboradores de caldos perfectos para el gozo de los vivientes trabajadores.

 

 

Gracias al coronavirus en este momento histórico la celebración será otra. Distinta. Colorida. Con tonos tecnicolor. Con la calidad que solo se exige ante una necesidad extrema de autorías remotas. Aunque estén muy cercanas pero imposibles de tocar con las manos extendidas. El roce, solo esa sensación, no podrá ser. Pero la diferencia hará realidad que el turismo interno en Argentina tenga la posibilidad de buscar y descubrir con paciencia limitada donde se elaboran los productos que son más antiguos que el mismo pueblo.

 

Vendimia y coronavirus

Todo inició en marzo de 2020 “donde nos tocó recolectar la uva ya en estado pandémico. Donde hubo complicaciones para cosechar. Donde se tuvo que tomar decisiones para evitar aglomeraciones. Desde ese 15 de marzo nos debimos adaptar con casi un 30% de la recolección. Pero pudimos sobrevivir con el primer vino vendimia pandémico”, introdujo David Palma, enólogo del Plan Bonarda de San Martín.

“Ahora nos toca la otra parte cuando estamos con actividades liberadas y tenemos que informarle al turista que con todos los protocolos nos pueden visitar pero con el entendimiento de que esto aún no ha pasado. Sobre todo ahora que ya inició la cosecha de uvas para espumantes iniciada en enero con variedades con Chardonnay u otras blancas de segundas bases como el Torrontés”, describió.

En cuanto al turismo receptivo desde Buenos Aires, el técnico informó que “se está usando la terminal de Ómnibus Dellepiane para llegar a Mendoza, que es la que estaba preparada para ser la sustituta de la tradicional Retiro. Que es muy interesante por estar muy bien armada a escasos 15 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires y que es una excelente alternativa para recibir turistas en Mendoza aunque no del tipo extranjero”.

 

 

Reconociendo la real debilidad de que el viajero no tenga la posibilidad de asistir a una vendimia clásica “podrán visitar bodegas y recorrer lugares donde puedan descubrir en su tránsito productos vínicos que los deslumbren”.

“En realidad se va sentir la reducción de personas que nos visiten. Sobre todo de jóvenes que ahora han elegido las costas del Atlántico, pero las familias creo que buscarán llegar a Mendoza tratando de descubrir experiencias nuevas. Desde proyectos nuevos que en puntos neurálgicos del país no pueden encontrar”, ejemplificó.

Citando a grandes marcas de vinos que poseen mercados para ofrecer sus productos apostó a la oportunidad que poseen los nuevos emprendimientos vinarios mendocinos: “En cuanto a calidad podrán conocer alternativas que con sus opciones de precio calidad son muy seductoras. Y también por la posibilidad de vivir experiencias de saber como nacen los nuevos vinos de Mendoza en una industria tan compleja. Hoy no es simple hacer grandes vinos y competir contra las grandes marcas”, refirió.

 

 

“En eso tenemos una gran fortaleza en Mendoza con sus emprendimientos vitivinícolas. Con propuestas innovadoras que muestren sus vinos más frescos que no vayan por el camino de los vinos clásicos a los que estamos acostumbrados. Y con los vinos unos gramitos de azúcar que son los que están buscando los nuevos consumidores como los Chenin Dulce Natural o los Torrontés Dulce Natural o los Mistela”, acotó.

A modo de clave Palma identificó que al nuevo consumidor de vinos “lo seduce los vinos dulces y luego de que los conocen comienzan a indagar en los más tradicionales. En el caso de la mujer es muy versátil aunque es muy específica. Busca vinos muy frescos, con mucho aroma, y con eso se siente muy atraída. Porque las hace recordar sensaciones muy particulares como las que se obtienen con los vinos Syrah con aromas a eucalipto que rememora la vieja Ruta 50 de Mendoza a Buenos Aires”.

Con esa referencia el enólogo del Plan Bonarda de Mendoza, confirmó que “la mujer siempre es un referente para nosotros. Porque muchos de nuestros estudios es quien elige el vino tanto para las cenas como para los almuerzos familiares. Lo mismo para los momentos de celebraciones. La mujer es muy importante para la industria vitivinícola porque siempre nos da el rumbo que después siguen los jóvenes que siempre están tratando de involucrarse con el mundo del vino con una actitud aspiracional cuando tratan de destacarse cuando buscan descubrir las nuevas tendencias”.