De cima a cima: los teleféricos que dominan los cielos argentinos

Se acerca la temporada de verano y las familias que ya tienen su destino planeado comienzan a delinear los días con actividades de recreación, por lo que una buena opción es visitar los teleféricos.

El teleférico, un sistema de transporte aéreo ampliamente utilizado en todo el mundo, cuenta con dos destinos turísticos icónicos y reconocidos a nivel mundial en Argentina, a pesar de no ser tan popular a nivel nacional.

En la hermosa región de la Patagonia, específicamente en San Carlos de Bariloche, se encuentra un teleférico ubicado en la ladera del Cerro Otto. Este sistema transporta a los pasajeros desde su base en el barrio Melipal hasta la cima, donde se ubica una confitería giratoria que ofrece impresionantes vistas de la ciudad.

Conocido como el Teleférico de Bariloche, fue inaugurado en la década del '80 y tiene la capacidad de transportar a 800 pasajeros por hora en diversas cabinas que ascienden hacia la cima mediante cables robustos. El ascenso hasta la cima toma 12 minutos, partiendo desde una altitud de 800 metros en la estación inferior hasta alcanzar los 1.045 metros en la estación superior.

En el norte argentino, en la ciudad de Salta, se encuentra otro teleférico notable. Concebido en 1964, su construcción finalizó en enero de 1988. Este teleférico es utilizado por turistas para ascender al Cerro San Bernardo, que brinda una impresionante vista panorámica.

La estación base se encuentra en la avenida San Martín, en la intersección con Hipólito Yrigoyen, dentro del Parque San Martín. Con una capacidad de transporte de hasta 300 pasajeros por hora, este medio asciende a unos 285 metros en ocho minutos.

Estos dos teleféricos argentinos no solo son ejemplos de ingeniería y tecnología, sino también puertas de acceso a paisajes deslumbrantes que cautivan a los visitantes con sus vistas panorámicas únicas.