Opinión

¿De qué democracia hablan los gremialistas que apoyan a Nicolás Maduro?

Encumbrados miembros del sindicalismo argentino serán "acompañantes" en las elecciones de este domingo en Venezuela. ¿Por qué aceptaron la invitación del régimen chavista?

Por José Urrutia

27 Julio de 2024 - 17:27

El presidente venezolano convoca a veedores adictos y deporta a los críticos a su gobierno. — web

Poco más de 28 millones de venezolanos elegirán este domingo a su próximo presidente por el período 2025-2031, en una competencia en la que el exdiplomático Edmundo González Urrutia enfrenta al actual mandatario, Nicolás Maduro, que va por la reelección.

En ese escenario, periodistas y un par de legisladores argentinos que intentaron observar los comicios invitados por la oposición fueron retenidos y después deportados de vuelta a nuestro país, mientras que algunos gremialistas kirchneristas y otros dirigentes camporistas, obviamente afines al gobierno venezolano, pudieron ingresar libremente y desplazarse sin ningún problema en calidad de "acompañantes internacionales", tras aceptar la propuesta del régimen chavista a través de una "cordial invitación a distinguidas personalidades (¿?).

En cambio, las autoridades bolivarianas impidieron la llegada de un vuelo con varios exmandatarios críticos del régimen, demostrando así que todas las palabras de algunos que dicen que en Venezuela existe una democracia, es simplemente una gran mentira.

En tanto, el expresidente argentino Alberto Fernández -que también integraba la lista de invitados- fue "bajado" por Maduro solo porque se atrevió a expresar que si el mandatario bolivariano era vencido por la oposición, debía aceptar la voluntad popular.

El comentario de Fernández coincidió con las opiniones del presidente brasileño, Luis Inacio Lula Da Silva, el de Colombia, Gustavo Petro, y el chileno Gabriel Boric, que hasta hace pocos días avalaban a Maduro y ahora se muestran escépticos respecto de su continuidad como mandatario visto el avance imparable de la oposición y la prepotencia "madurista".

Con esto queda claro que los únicos veedores aceptados son aquellos que habilitan un fraude, los que apoyan a quien anunció "un baño de sangre" si es desplazado del gobierno mediante una elección.

No queda duda de que lo de Maduro es una advertencia explícita para alterar el resultado electoral intentado revertir un hecho que, hasta este momento, parece irreversible, dado que la oposición logró algo extraordinario, que es unirse en la figura de González Urrutia después de 25 años de una dictadura que se instaló con la llegada de Hugo Chávez al poder y continuó hasta ahora con el hombre que habla con un pajarito, dejando al país en una pobreza absoluta.

Llama la atención, entonces, que quienes dicen que defienden a los trabajadores y protestan por la pobreza en su país, sean adoradores incondicionales de un régimen que encarcela o proscribe a los opositores en un intento de coartar la democracia y la sagrada libertad de elegir a los gobernantes, además de pretender ocultar a un pueblo hambreado que prefiere irse del país antes que soportar situaciones de este tipo.

Ante esta realidad del país caribeño, los gremialistas aduladores cierran los ojos, se tapan la boca y los oídos y acuden en tropel a apoyar a un canalla. ¿Será porque defienden la violencia, el encarcelamiento y el hambre provocado por un gobierno autoritario y antidemocrático? 

Sería bueno que todos estos personajes les expliquen a sus afiliados, a quienes hacen posible que con sus aportes ellos sean opulentos millonarios, por qué hablan en su país de hambre, de desocupación y de bajos salarios mientras que apoyan a un dictador como Nicolás Maduro que fundió irremediablemente a su país. 

Si no, cualquier protesta que encabecen carecerá de toda autoridad moral. Aunque bueno, ¿de qué moral pueden hablar esos personajes que fueron y siguen siendo nefastos para nuestro país?