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Unión por la Patria, más de lo mismo

Con la nueva denominación del Frente de Todos se pretende esconder una realidad que muchos argentinos conocemos bien

16 de junio, 2023 - 20:19

Mientras intenta denodadamente terminar de dirimir la conformación interna de su espacio político, la inefable Cristina Kirchner impuso su voluntad y el Frente de Todos pasó a llamarse Unión por la Patria.

Se inclinó por una opción que pretende resaltar una pretendida “unidad” porque después de tres años de una interna interminable el espacio está fragmentado, pero intenta cerrar las heridas con urgencia, condicionada por los tiempos electorales.

En un documento craneado por ella después de la decisión de cambiar el nombre, se expresa que “nuestro país está frente a una encrucijada histórica. Tenemos una oportunidad única para poner a la Argentina en una senda de crecimiento económico con inclusión social. Para que el crecimiento sirva al desarrollo argentino y, fundamentalmente, a mejorar la calidad de vida de cada uno de nuestros compatriotas”.

Hasta ahí, todo fenómeno. El papel aguanta cualquier cosa que se escriba en él. Pero ¿por qué no hizo antes todo lo que promete hacer ahora?

En el mismo documento culpa a De la Rúa, Macri y María santísima de los males del país. Se atreve a mentirle a la gente, aunque buena parte de la historia política la protagonizó un peronismo fracasado, y en los últimos años ella también fracasó con todo éxito al poner a dedo a los candidatos. Así perdió varias elecciones.

Y también fracasó cuando nombró como su delegado a un inhábil, una denominación que, según el diccionario español, significa "que tiene poca o ninguna habilidad", en este caso para gobernar.

Por eso ahora intenta despegarse de la inflación del 150% anual, del 54% de la población que pasa hambre o de los asalariados que no llegan a fin de mes. Es decir, niega todas las calamidades que trajo con sus vanidades y sus intereses personales y mezquinos. ¿Yo señor? ¡No señor!, dice a quien la quiera escucharla como si estuviera jugando al gran bonete.

Y para despistar, ahora su sello de goma dice Unión por la Patria.

Y cabe preguntarnos de qué unión habla. Pregona una unión que no practica ni promueve. Al contrario, a río revuelto ganancia de pescadores. Y ella ha demostrado que sabe poner el anzuelo, tirar la línea y recoger sus beneficios, como cobrar una millonaria jubilación y tener muchos verdes desparramados por el mundo.

¿Qué unión propone cuando pretende violentar a la Justicia y amordazar al periodismo?

¿De qué patria habla? ¿De la patria de las empresas quebradas, de una clase media casi desaparecida, de miles de comercios cerrados y otros miles de jóvenes que emigran porque les cancelaron sus sueños? ¿De una patria que sigue fabricando pobres e indigentes? ¿La del dólar a $500?

¿O se referirá a otra patria, a la que está formada por jardineros, secretarios y lameculos que de la noche a la mañana se hicieron millonarios? ¿O a empresarios y funcionarios corruptos que no tuvieron ni un cachito así de dignidad y participaron de negociados de miles de millones de dólares que al final salieron de nuestros bolsillos y fueron a parar a la cartera de la dama o al bolsillo del caballero? ¿O está hablando de una patria china, chavista o cubana?

Claro, nunca admitirá que a esa patria la construyeron ella y sus funcionarios inoperantes por error u omisión (¿o a propósito?), como su presidente fallido, que dice que todo está bien porque hay que hacer una cola de dos horas para poder entrar a un restorán de Puerto Madero.

Seguramente en esa fila no están los que hacen cola en los comedores barriales o en las parroquias, que no dan abasto atendiendo a hambrientos indigentes, pero también a obreros con sueldos que no rinden y gente que cayó de la clase media a la baja y lo que cobra no le alcanza para solventar sus necesidades mínimas.

Por eso habría que pedirle que nos explique a los argentinos de qué unión por la patria habla.

Porque con ese sello de goma intenta borrar sus huellas y seguir engatusando a millones de fieles que participan de sus actos como si fuera una misa, aunque en vez de estampitas les reparten choripanes, alcohol y hasta merca.

 ¿Y saben qué? Temo que en una de esas, capaz lo consigue de nuevo.