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Ucrania: otra línea roja ha sido cruzada

El atentado terrorista que costó la vida de la hija de Alexandr Dugin podría profundizar las crisis de todo tipo originadas por la invasión de Rusia a Ucrania, sobre todo si se tiene en cuenta que el filósofo es considerado como una persona que tiene una gran influencia intelectual sobre Vladimir Putin

26 de agosto, 2022 - 07:42

La palabra crisis proviene del griego y deriva de un concepto médico establecido por Hipócrates que significa un cambio en la condición que sufre un paciente. La palabra también era usada en las tragedias griegas para mostrar la importancia de un evento en la trama, ya sea que afectara al pasado o al futuro de la misma.

Con el tiempo, la noción de crisis se transformó en un concepto aplicado a varias ciencias, especialmente, en los siglos XVII y XVIII. En ese marco, las crisis se diferencian de los conflictos, porque las primeras son menos propensas a emplear la violencia. Además, se las considera a ellas como la antesala del conflicto.

Concretamente, el conflicto entre Rusia y Ucrania ha desatado una serie de crisis concomitantes. A saber: un larvado enfrentamiento militar con la OTAN, que apoya, indirectamente, a Ucrania contra Rusia; una serie de crisis energéticas y económicas derivadas del conflicto en sí o de las sanciones impuestas por los EE.UU. y la Unión Europea a Rusia y hasta la posibilidad de hambrunas en países vulnerables por las caídas en las exportaciones de granos ucranianas.

Cabe destacar que cada una de las crisis señaladas puede, per se, iniciar un conflicto armado, como sería el caso de una guerra abierta y no encubierta entre Rusia y la OTAN.

Que ello suceda o no suceda depende de varios factores, algunos previsibles y otros imprevisibles. Entre los primeros y, posiblemente, el más importante se encuentran la voluntad y las decisiones de los actores que intervienen en la crisis.

En ese sentido, los actores pueden escalar, es decir profundizar la crisis y acortar las distancias con un conflicto o, por el contrario, desescalarlas y volver a un estado de calma.

En el caso particular que nos ocupa, cual es el conflicto entre Rusia y Ucrania, estamos viendo que hay varios actores que parecen estar decididos a escalar las crisis que hemos mencionado sin importar, al parecer, si esto lleva al estallido de un conflicto.

Llegado a este punto, se hace difícil asignar responsabilidades en función que no es raro que esos actores apelen a acciones subrepticias, es decir secretas, para incentivar una crisis a su favor.

Por ejemplo, tanto Kiev como Moscú se acusan mutuamente respecto de los ataques contra la central nuclear de Zaporiyia. Lo mismo sucede con las acusaciones respecto de crímenes de guerra, entre otros que podrían citarse.

En sentido contrario, se puede argumentar que hay reglas implícitas, una suerte de líneas rojas, que implican que los actores no van a realizar acciones que excedan el marco tanto espacial como conceptual del conflicto o de la crisis en desarrollo. Como por ejemplo, el apelar al uso de armas nucleares o a acciones terroristas.

Parece ser que esta última línea roja se acaba de traspasar con el atentado terrorista que le costara la vida a Daria Dugin, una joven de 30 años, comentarista política, quien perdió la vida al explotar el vehículo que manejaba en Moscú, aunque se especula que el verdadero blanco del ataque era su padre, el filósofo Alexandr Dugin.

 

Un personaje influyente

Pero, ¿quién es Dugin?

Alexandr Dugin es creador del concepto Novorossiya (Nueva Rusia), que fuera adoptado por Vladimir Putin para justificar su anexión de Crimea en 2014. En ese sentido, no son pocos los analistas que le atribuyen al filósofo una gran influencia intelectual sobre Putin.

Fue fundador del Partido Eurasia en el 2001. “Eurasia y el corazón de Rusia siguen siendo el escenario de una nueva revolución. El nuevo imperio euroasiático se construirá sobre la base del principio fundamental del enemigo común: el rechazo del atlantismo, del control estratégico estadounidense, la negativa a permitir valores liberales para dominarnos", escribió.

Dugin también es un tradicionalista que cree que la Iglesia Ortodoxa Rusa está destinada a ejercer su influencia espiritual sobre toda Europa y Asia, uniendo a todos los pueblos de habla rusa en un solo Estado.

En lo político aboga por lo que él denomina la Cuarta Teoría Política, la que debe superar a las anteriores, a saber: el liberalismo, el marxismo y el fascismo. En ese marco, Dugin ha comentado y escrito sobre la doctrina justicialista de la Tercera Posición, a la que considera cercana y compatible con la suya.

Es más, en uno de sus últimos libros, El Logo Argentino, sostiene que será el justicialismo la doctrina que le dará forma y servirá de guía, no sólo para la Argentina, también, para toda la América del Sur.

Más allá de las ideas de Dugin, está fuera de toda duda que un atentado contra su persona es un acto terrorista, ya que constituye una clara violación a uno de los principios básicos del Derecho de Guerra dado que no es legítimo ejercer violencia contra un blanco no militar.

Si esto ha sido obra de algún servicio de inteligencia occidental o ucraniano –como parecería serlo– o la acción sin control de grupos disidentes, no lo sabemos.

Lo que sí sabemos es que tales actos no van a hacer otra cosa que escalar un conflicto y una serie de crisis conexas que ya venían siendo incentivadas por varios acontecimientos desafortunados.

 

El Doctor Emilio Magnaghi es Director del Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa Nacional Santa Romana. Autor de El momento es ahora y El ABC de la Defensa Nacional.