Haití: caos creciente y fracaso internacional
La isla caribeña está sumida en el caos y crecimiento de bandas criminales. Sin ayuda mundial, el país no podrá pacificarse.
Tras décadas de sostenimiento por parte de potencias extranjeras y de organismos internacionales, Haití no ha logrado superar su triste identidad de estado fallido.
Historia luctuosa
A lo largo de su historia, la parte occidental de la isla llamada “La Española” no pudo terminar de consolidarse estadualmente. Un sinfín de abusos por parte de figuras despóticas más una sociedad con un comportamiento derivado de tradiciones tribales hundieron al país en una espiral de decadencia y degradación, convirtiéndolo a la nación caribeña en la sociedad más atrasada y pobre del continente americano.
No quiero olvidar la tétrica dictadura de François Duvalier , alias “Papa Doc” y sucedido por su hijo Jean-Claude Duvalier, los que condujeron a la pequeña isla mediante un imperio de terror, desapariciones masivas y hasta un tráfico ilícito de órganos, que los enriqueció y convirtió en verdaderos mercaderes de la muerte.
El reciente magnicidio del presidente Jovenel Moise desenmascaró la engañosa sensación de pacificación de la población y la creciente expansión de las bandas criminales que se están haciendo con un control creciente del país vuelve a poner a los haitianos bajo la lupa de la comunidad mundial.
Necesidad de custodia internacional
La consecución de las misiones de paz de Naciones Unidas y la tutela de Washington no ha surtido el efecto esperado y el gobierno se está consolidando como una estructura con "pies de barro", imposible de sostenerse bajo un parámetro de autonomía.
Por último, no quiero dejar de traer a consideración que si no se reacciona con fluidez y determinación para restablecer el orden a través de una fuerza multinacional de paz bien preparada, Haití se transformará en un foco de guerra civil generalizada y un exportador de organizaciones criminales, redes de narcotráfico y corrientes de refugiados.