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¿David y Goliat o Sansón y Dalila?

Un mortífero ataque lanzado por Hamás le infringió a Israel la peor derrota en toda su historia y ahora se ve acorralado estratégicamente. Así es muy difícil saber qué actitud tomará para salir victorioso, cuánto durará la confrontación y qué costo deberá afrontar

10 de noviembre, 2023 - 10:14

Poco después del fin del Mandato Británico para Palestina, un oficial británico dijo: “Gracias a Dios, todo esto terminó. Ahora podremos volver a ser soldados”. Esto expresa la actitud de la mayoría de los integrantes de cualquier fuerza armada convencional frente a los desafíos que les plantea las Guerras de 4ta Generación (G 4taG), vale decir los conflictos armados emprendidos contra actores no estatales como fueron los casos paradigmáticos de Irak y de Afganistán.

Más recientemente, un mortífero ataque lanzado por Hamás, una de estas organizaciones contra las Fuerzas de Defensa de Israel, le infringió su peor derrota en toda su historia y volvió a traer al primer plano a las G 4taG.

Y mientras escribimos esto, Israel luce acorralada estratégicamente. En parte, porque su primer ministro, Benjamin Netanyahu, se fijó un objetivo militar muy difícil de alcanzar: la destrucción completa de Hamás. Lo que parecería requerir una invasión israelí de Gaza, una lucha para la que Hamás está preparado, que acogerá con agrado y que resultará en un gran número de bajas civiles, tanto israelíes como de palestinos.

Otra causa de la mala situación estratégica de Israel es inherente a las G 4taG y que el equilibrio moral se está inclinando a favor de las personas actualmente bajo ataque, es decir, aquellos que viven en Gaza.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, pasa por un mal momento político, agravado por las acciones de la organización terrorista islámica

El ataque inicial de Hamás contra Israel fue una acción típica de una entidad de G 4taG, la que no se parece en nada a una invasión lanzada por un ejército estatal. Más bien nos recuerda mucho a un malón lanzado por nuestros indios pampas contra un pueblo de la frontera, donde los salvajes (como se los llamaba por aquellos días) masacraban a mucha gente, tomaban a las mujeres como rehenes, robaban ganado, incendiaban los ranchos y luego se retiraban a su comarca.

La masacre original dio a Israel una gran autoridad moral. Pero, como es habitual en las G 4taG, a medida que los combates se prolongan e Israel avanza con sus fuerzas militares bien equipadas e instruidas contra los combatientes de Hamás, comparativamente mal equipados y, especialmente, los bombardeos aéreos matan a más y más civiles en Gaza, el “Moral High Ground” (1) está moviéndose contra Israel.

Pronto, la presión internacional sobre ese país para que acepte un alto el fuego será abrumadora.

Con su mortífera acción, Hamás ha desafiado a Israel y la ha puesto frente a una disyuntiva de difícil pronóstico

Mientras tanto, la economía israelí ha dejado de funcionar porque se ha movilizado a una gran cantidad de reservistas. Esos soldados ahora han dejado de producir en sus respectivos lugares de trabajo y se quedan esperando en sus cuarteles mientras el gobierno de Israel intenta idear una estrategia para utilizarlos.

Llegado a este punto es muy difícil saber si Israel podrá salir victorioso de esta confrontación, así como cuánto durará y qué costo deberá afrontar.

Para develar esta incógnita se nos ocurre apelar a dos relatos bíblicos en los que ambos tienen a un israelita como su protagonista y a un filisteo (se dice que son los antepasados de los palestinos) como sus antagonistas.

Ambos son muy conocidos y han dado lugar a una amplia literatura y también a una rica filmografía.

El primero de ellos es la historia de David y Goliat, que cuenta cómo el primero, quien era un joven pastor de ovejas, derrotó en un combate singular, en marco de la guerra entre Israel contra los filisteos, a un gigante llamado Goliat de Gat, de seis codos y un palmo de estatura. Este venía desafiando a los israelitas proponiendo que escogieran a su mejor hombre para hacerle frente. Si él resultaba derrotado, los filisteos serían esclavos de Israel, pero si vencía, los israelitas serían esclavos de los filisteos.

Por su parte, David se presentó ante el rey israelita Saúl y le propuso luchar contra el gigante. Con la anuencia de Saúl, David se vistió con la armadura del rey, pero al no estar acostumbrado a utilizarla, se deshizo de ella y se dirigió al campo de batalla solo con su honda. Por el camino recogió cinco piedras lisas en un arroyo y se plantó delante del gigante Goliat. Y con un hondazo le incrustó una piedra en la frente y cuando éste cayó, aprovechó para cortarle la cabeza con su propia espada.

La segunda historia trata de Sansón, un héroe caracterizado por poseer una recia estampa y una fuerza extraordinaria que le permitía combatir a los filisteos y llevar a cabo actos heroicos, inalcanzables para la gente común, como luchar sin más armas que sus propias manos contra un león o acabar con todo un ejército con sólo una mandíbula de burro.

Tras numerosas peripecias y hazañas, Sansón se enamoró de Dalila, una mujer filistea a quien sus paisanos, a cambio de monedas de plata, la sobornaron para que Sansón le revelara el secreto de su fuerza. Inicialmente, el héroe desconfía y la engaña, respondiéndole con mentiras; pero ella insiste y, finalmente, Sansón le confiesa que perderá toda su fuerza si le cortan su largo cabello. Así lo hace un sirviente y lo deja sin su extraordinaria fuerza.

Los filisteos terminan capturándolo, le sacan los ojos y lo llevan a Gaza, donde el prisionero trabaja moliendo granos para sus enemigos. Un día, los jefes se reúnen en el templo para ofrecer un sacrificio a su dios Dagón. Hacen llamar a Sansón para que los entretenga, pero éste tomándose de las columnas del templo las derriba, de tal forma que mató a todos los que ocupaban el lugar.

Cabe destacar que gracias al derrumbe del templo, los filisteos resultaron seriamente debilitados dado que en ese acontecimiento murieron todos sus líderes políticos, militares y religiosos, perdiendo además gran parte de su control e influencia en Israel.

¿A cuál de las dos historias acomodará Israel su conducta estratégica? Queda claro que ya no puede jugar el rol de David, pues está lejos de ser la parte más débil en la confrontación, al menos desde el punto de vista físico. Pero bien puede llegar a serlo desde lo moral y jugar el rol de Goliat.

Tampoco la solución Sansón parece ser la más adecuada, ya que implica el altísimo costo de la autodestrucción.

(1) El "Moral high ground" deriva de la idea establecida por Robert H. Frank en su obra ‘What Price the Moral High Ground?’. En la misma desafía la idea de que hacer el bien solo tenga un beneficio per se. Frank –a partir del estudio de casos económicos, psicológicos y hasta biológicos– argumenta que en un ambiente altamente competitivo el apego a principios superiores otorga una ventaja para quien los siga, ya que uno se transforma en un socio más atractivo para socios potenciales.

Por extensión, el concepto lo usan, por ejemplo, movimientos políticos que buscan legitimarse, especialmente aquellos que enfrentan amenazas violentas y que necesitan del apoyo y de la simpatía del medio social en el cual se mueven.

 

El Doctor Emilio Luis Magnaghi es Director del Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa Nacional Santa Romana. Autor de El momento es ahora y El ABC de la Defensa Nacional.