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La Feria de la Pólvora

La industria armamentística se erige como el cuarto rubro que más ganancias genera a nivel global tras el narcotráfico, la prostitución y la banca internacional

12 de diciembre, 2018 - 12:02

Los “señores de la guerra” no pierden protagonismo en los albores de la tercera década del siglo XXI. Un contexto internacional que fomenta un retroceso de las alianzas de defensa común tales como la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) conlleva un aumento de los presupuestos militares de países históricamente moderados en materia de adquisición de armamentos: Noruega, Suecia, Polonia, Estonia, Letonia, Lituania y también Ucrania, entre otros, han acrecentado el porcentaje de su PBI destinado a sus fuerzas armadas.

La incertidumbre e inestabilidad imperecedera de Medio Oriente impulsa y mantiene el flujo de divisas en materia de defensa preventiva y capacidad ofensiva de Arabia Saudí, Irán, Turquía, Marruecos y el siempre “acechado”  Israel.

Las nuevas reglas de juego planteadas por la administración actual de la Casa Blanca para con Japón y Corea del Sur, exigiéndoles mayor inversión de fondos y colaborar de forma más activa ante las amenazas de China y Corea del Norte, han llevado al gobierno de Shinzo Abe a replantear una parte sensible de la Constitución nipona que no permite modificar su “Tratado de no Rearme” firmado tras su derrota al finalizar la 2º Guerra Mundial. Por su parte, la “Casa Azul” de Seúl tuvo que asumir un porcentaje considerable en el costo del escudo antimisiles proporcionado por Washington e instalado en la frontera que comparte con el régimen de Kim Jong-un.

En menor relevancia, la completa inoperancia del TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca) y la pérdida de vigencia de la Comisión de Defensa de UNASUR; sumado a los “espasmos” de tensión con Venezuela, el triángulo de intereses geopolíticos enfrentados de Perú, Bolivia y Chile y la solidificación militar de Malvinas por parte de Reino Unido como estandarte estratégico de su Política Exterior en el atlántico sur impulsan a un buen número de los gobiernos latinoamericanos a darle nuevo hálito al equipamiento y modernización de sus fuerzas armadas.

Bajo este contexto auspicioso, las corporaciones estadounidenses siguen dominando el mercado armamentístico global, promovidas también por el aumento del presupuesto de Defensa de la Administración Trump. Pero las empresas de defensa de China, Rusia y hasta Turquía están ganando terreno con velocidad, según el informe publicado hace escasos días por el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI).

El panorama que edifica el estudio: "Cien mayores empresas de armamento y servicios militares 2017" muestra la distribución de poder en la escena internacional y la pretensión de algunos actores  por aumentar su proyección de "Poder duro" en sus esferas de influencia e interés. En el clásico del cine: “El Bueno, el Malo y el Feo” Clint Eastwood sentencia con la siguiente línea: “El mundo se divide en dos, Tuco: los que encañonan y los que cavan. El revólver lo tengo yo, así que ya puedes agarrar la pala.” Y en sintonía: las billeteras de las empresas de la pólvora moderna van “in crescendo”.

 Las compañías de EEUU dominan con margen considerable. 42 de las 100 mayores empresas del sector son de la primera economía mundial. Con Lockheed Martin y Boeing a la cabeza. Todas estas empresas facturaron en 2017 un total de 226.600 millones de dólares, un 57 por ciento de la facturación total del Top 100. Esta cantidad supone además un incremento del 2 por ciento con respecto a lo que habían vendido el año anterior. "Teniendo en cuenta el volumen de las ventas de armas estadounidenses y el número de empresas en el ranking de 2017, Estados Unidos seguirá siendo el mayor fabricante de armas en los próximos años", asegura este informe.

En concreto, Lockheed Martin, el número 1 de esta lista con ventas por 44.900 millones de dólares, se benefició de las entregas de cazabombarderos de última generación F-35, de misiles, blindados de diferente tipo, sistemas antimisiles, sistemas de detección - guerra electrónica y sistemas de combate naval tipo Aegis.

Rusia, China y la aparición de Turquía

El segundo país por facturación calculada es Rusia. Las diez empresas rusas incluidas en la clasificación del SIPRI supusieron el 9,5 por ciento de las ventas del Top 100. Alcanzaron los 37.700 millones de dólares, tras un salto del 8,5 por ciento con respecto al año anterior. De forma significativa, el fabricante estatal ruso Almaz-Antey se colocó por primera vez entre las diez mayores empresas de este ranking al aumentar su facturación en un 17 por ciento.

Vladimir Putin

El estudio subraya: "hay cierta información disponible sobre varias grandes compañías que son parte de la industria armamentística china, mayormente en manos del estado". El instituto sueco estima que tres empresas del gigante asiático podrían entrar en la próxima década entre las diez primeras de su Top 100. Estas son AVIC, que en 2017 facturó 20.100 millones de dólares, NORINCO (17.200 millones de dólares) y CETC (12.200 millones de dólares). Además, se estima que "al menos otras siete" empresas chinas podrían estar en su clasificación empatando, al menos numéricamente, con Rusia.

Turquía recibe una mención aparte en el estudio. El SIPRI resalta un repunte del 24 % en ventas en términos interanuales. Se habla de una tendencia como "fabricante emergente". "Este  llamativo incremento denota las perspectivas de Turquía para desarrollar su industria armamentística y así satisfacer su creciente demanda de armas y llegar a ser menos dependiente de proveedores extranjeros", analiza Pieter Wezeman, investigador del Programa de Gasto Armamentístico y Militar del  Instituto.

Europa, Reino Unido y el dilema de la Defensa Común

Europa, por su parte denota 24 empresas del “viejo continente” que aparecen en el ranking, con unas ventas combinadas de 94.900 millones de dólares , casi un 24 por ciento de la facturación total del Top 100 y un 3,8 por ciento más que en el año previo. Las ventas de las empresas de Reino Unido suponen un 9 por ciento del total del listado, seguidas por las francesas (5,3%), las suecas-helvéticas (3,7%), las italianas (2,6%), las alemanas (2,1%) y las holandesas/españolas con el 1,5%.

El grupo de las compañías europeas está encabezado por la británica BAE Systems, cuarta de la lista con 22.900 millones de dólares. Este posicionamiento del Reino Unido como el mayor fabricante europeo, plantea ciertas dudas sobre las posibilidades de que la “Europa de los 27” pueda alcanzar en un futuro cercano una autonomía en materia de la llamada “defensa común”.

Más allá de las estadísticas algo queda en evidencia estemos de acuerdo o no…en la Feria Internacional de la Pólvora de nuestros días resuena con un eco cada vez más notorio ese viejo adagio: SI VIS PACEM, PARA BELLUM” escrito sobre una torta hecha de dólares que todos quieren comer pero ninguno quiere hacerse presente para cortar.