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El gran triunfo de Chile frente a Bolivia en La Haya

La corte de la Haya rechazó la demanda de Bolivia contra Chile para negociar una salida al mar por 12 votos contra 3

02 de octubre, 2018 - 11:59

Bolivia y su sueño playero están un poco más lejos el día de hoy. Esto se debe a que la CIJ (Corte Internacional de Justicia) anunció este lunes la desestimación a la demanda boliviana que reclamaba la obligación de negociar una salida soberana al océano pacifico por Chile.

Otra página de la historia entre el conflicto de Chile y Bolivia se escribe hoy tras las iniciativa de acudir a tribunales internacionales propuesta en 2011 por Evo Morales. Esta medida, más politiquera que estratégica, no hace más que poner en evidencia una mala planificación en sus relaciones internacionales. Esta etapa concluye hoy con el anuncio del presidente del tribunal, el somalí Abdulqawi Ahmed Yusuf, que Santiago no tiene la obligación de negociar con su país vecino.

“No está jurídicamente obligado a hacerlo, porque ninguno de los acuerdos o tratados firmados por ambos países a lo largo de los años así lo indica; tampoco lo indican otras resoluciones internacionales”, según ha dicho Yusuf.

 

Es verdad que para Bolivia es un tema de suma importancia en su agenda internacional. Toca las fibras más sensibles de su pueblo ya que el sentimiento nacional de este país tiene como nacimiento la perdida territorial en uno de los hechos que marcó los destinos recientes de tres países en la Guerra del Pacifico: Chile, Bolivia y Perú. Algo que nosotros como argentinos podemos entender con Malvinas.

Pero lo errores en diplomacia se pagan y a veces muy caro. Esto es lo que sucedió hoy para Evo Morales al llevar un caso tan sensible a la Corte Internacional de Justicia, donde ellos tenían mucho que perder y muy poco que ganar. Los resultados de estos fallos no son vinculantes para los países; es decir que si era favorable para Bolivia, su par en Chile no está obligado a cumplirlo, pero si es desfavorable sienta otra base más para la NO negociación del conflicto. Esta jugada fue poco analizada e impulsada más desde lo emotivo que lo racional. Sin dudas constituirá un duro revés para la gestión Morales.

Chile, por su parte, se fortalece con este fallo ya que le da amplitud de acción sobre las decisiones de negociación con Bolivia. Ya tiene un sustento legal que lo apaña. El fallo sin dudas será capitalizado por la gestión de Sebastián Piñera, y se constituye un gran logro para Chile.

 

Origen del conflicto

Entre los años 1879 y 1884 tuvo lugar el conflicto armado conocido como la Guerra del Pacifico, enfrentando a Chile con Perú y Bolivia. El conflicto tuvo como origen la disputa por la explotación de minerales en la región y concluyó con la provincias peruanas de Tarapaca y Arica, y los territorios bolivianos del departamento del litoral en manos de Chile.

Las relaciones con Perú fueron re establecidas por el tratado de paz de Ancon en 1883; allí se acordó que Tarapaca y Arica quedarían bajo control de Chile. Con Bolivia no se corrió la misma suerte. Ambos países sólo suscribieron un pacto de tregua en 1884 que ponía fin a las hostilidades, pero dejaba los territorios bolivianos ocupados por fuerzas chilenas.

Un Acuerdo de Paz se intentó en 1885 pero no se llegó a ver la luz por una negación de Perú. Finalmente, en 1904, llegó la paz para ambos países cuando las autoridades suscribieron un tratado por el cual Bolivia entregó su litoral a perpetuidad a cambio de una serie de obligaciones: la entrega de 300.000 libras esterlinas o acceso ilimitado por parte de Bolivia al mar y la construcción de un ferrocarril que uniera Arica a La paz.

Bolivia, de eta forma, perdió 400 kilómetros de costa y se convertía en un país sin salida al mar. Tras la firma de este tratado los países buscaron múltiples veces de llegar a nuevos acuerdos, evidenciando la buena fe de Chile, pero las condiciones nunca terminaron de convencer a los actores involucrados, ya sea a Chile como a Perú.

La soberanía de Bolivia sobre el mar sigue siendo una disputa irresuelta en nuestra región y la clara señal para comprender que, si bien la nuestra es una zona de paz, quedan varios desafíos por superar y una buena política exterior debería contemplar todas estas incidencias.  

 

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