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Varios sectores de Malargüe piden respetar el proyecto El Azufre

Consideran que se puede hermanar el turismo con la producción, sin dejar de cuidar el medio ambiente y que es una gran oportunidad para potenciar el departamento frente al mundo

15 de febrero, 2022 - 08:26

Desde que la oposición, con el senador Lucas Ilardo a la cabeza, dio a conocer lo que estaba sucediendo en el extremo Sur de la provincia (cordillera de los Andes, al límite con Chile). Eran muy pocos los mendocinos que conocían la existencia de un lugar dotado de maravillas naturales, tanto en el riguroso invierno, como en verano.

Según la denuncia, el gobernador Rodolfo Suarez habría otorgado por decreto la concesión de 12.000 hectáreas en la zona El Azufre, para que privados implanten un centro de sky, único en el país y en esta parte del continente sudamericano, entrega que se “habría realizado violando toda legislación y procedimiento”, decían los peronistas en su denuncia.

Una fuerte denuncia que se fue diluyendo a medida que comenzó a aclararse el tema y dando a conocer lo que sería la verdadera historia del campo El Azufre. Un lugar que los malargüinos conocían muy bien, esencialmente los productores de esa zona que, por historias de familia transmitidas, de generación en generación, es sitio indicado de veranada de los animales por ricas pasturas. Pero, también porque ese lugar contiene valiosos humedales fundamentales para la vida humana, animal y vegetal.

Fuera del ámbito de la efervescencia política entre oficialismo y oposición, al escuchar a otros sectores sociales, comerciales y productivos, podemos entender un poco lo que significa ese espacio geográfico, desconocido para el grueso de los mendocinos, como por ejemplo, Martín Policante, productor malargüino que heredó la actividad de su padre, al igual que su esposa Silvia lo hizo de su familia. 

El ganadero, sorprendido por el escándalo que se generó con lo de El Azufre, salió a expresar: “Por mi abuelo y mi padre heredé el amor por la montaña y la crianza de animales. Mi viejo me llevó por primera vez a la cordillera a caballo cuando tenía 11 años. Desde aquel día he subido a El Azufre casi todos los veranos de mi vida. Él era un campero humilde que fue creciendo con mucho esfuerzo y logró adquirir algunas tierras”, y agregó: “La veranada, para quienes no conocen, es el lugar de pastaje donde se lleva a los animales en tiempo de primavera para que engorden”.

En otro tramo de su exposición, y al hablar de la fuerte controversia que se armó entre el oficialismo y la oposición, el humilde productor dijo con energía: “Estoy muy molesto por el ruido que se ha generado alrededor de El Azufre. Entiendo que se ha armado una movida política, porque nadie se ha preocupado en décadas, por los títulos de la gente, si no más bien, todo lo contrario, expropiando a los que dignamente trabajamos en la zona desde hace años y ahora vienen a patalear y a querer aprovecharse”.

“Tenemos un derecho de posesión de esas tierras, otorgado por el Gobierno, a través del Registro Único de Puesteros, en el que estaban registrados mi padre y mi madre. Nosotros hemos llegado a un acuerdo con quienes harán inversiones turísticas para que sigamos trabajando y criando animales en esas tierras. Esas personas se han mostrado respetuosas con el medio ambiente, cuidando nuestras vegas, el pasto que comen nuestros animales para cada marca y sendero que han abierto para subir. Nuestras veranadas comienzan en octubre –cuando la nieve da lugar al pastoreo– y finalizan en marzo - abril, para evitar temporales tempranos, con lo cual no chocamos con los meses en los que funcionaría la actividad turística de alta montaña. Y es parte del acuerdo y del desarrollo que nosotros vamos a seguir subiendo a hacer nuestras veranadas. Tiene que quedar claro que se puede hermanar el turismo con la actividad ganadera, respetándonos unos a otros, estamos de la mano tirando para el mismo lado”, concluyó Martín Policante.

 

A Malargüe se lo quiere seguir postergando

Sin dudas que lo que está sucediendo con el tema de El Azufre hace mucho ruido en el departamento sureño, a nivel debate minero y lo que eso significa para todos los sectores que hacen a la vida de allí. Al respecto, El Ciudadano tomó contacto con el empresario hotelero y principal impulsor del paso Pehuenche, Floridor González, quien, en forma directa expresó: “Malargüe al tema de El Azufre lo ve con mucho agrado, ya que lograr tener otro centro de esquí y de la naturaleza que se está mostrando, que será un desarrollo muy grande para nuestro departamento”.

 

El intendente Juan Manuel Ojeda (centro), junto a empresarios .

 

—¿Por qué cree que se armó semejante controversia alrededor de este tema?

—Hay una militancia política sobre el tema, con un comportamiento muy raro. Es como que no se entiende o, intencionalmente, no se quiere entender cuando se habla de un desarrollo muy importante en la cordillera. Con respeto al medio ambiente, se prevé la plantación de un millón de árboles en esa zona.

 

—¿Qué sucede con el recurso hídrico natural de ese lugar?

—Las aguas no se pueden tocar, porque no son propiedad de ningún privado, y esto fue manifestado públicamente por uno de los tres empresarios que están en este proyecto, Alejandro Spinello.

 

—Y, entonces, ¿cómo ve el empresariado este tema?

—Lo vemos y evaluamos con muchas esperanzas. Significa fuerte inversión, fuentes de trabajo y que nuestro departamento cuente con otra atracción turística de nivel internacional. Malargüe permanentemente viene postergado por diferentes razones. Creo que hay que darle la oportunidad a este departamento de que crezca, porque si nosotros no tenemos la uva como uno de los principales PBI de la provincia, pero sí tenemos condiciones de hacer turismo, entonces déjennos hacerlo.

“Los empresarios, como la población en general, vemos con buenos ojos este proyecto, que para nada perjudicaría a Malargüe. Mucho menos al medio ambiente, porque sería un centro de sky sustentable cien por ciento, que significa algo innovador de toda Latinoamérica”, reflexionó Floridor González.