Más de 20 muertos y 50 trabajadores atrapados por explosión en una mina
El estallido pudo ser causado por un gas llamado grisú. Existe temor de que los mineros bajo tierra se asfixien a causa de la escasez de oxígeno y el calor extremo
Por Redacción
Turquía vive horas desesperadas, una detonación en una mina de carbón provocó, hasta el momento, 22 decesos y más de veinte heridos según la información de las autoridades de Ankara. Cerca de 50 mineros se encuentran atrapados en la zona del accidente, a unos 350 metros de profundidad.
Gas peligroso
La explosión ocurrió en el yacimiento estatal TTK Amasra Muessese Mudurlugu, en la localidad de Amasra, en la provincia costera de Bartin (a orillas del Mar Negro), en la región norte de Turquía. El ministro de Energía, Fatih Donmez, esgrimió que probablemente el estallido se produjo por la presencia de un gas a base de metano llamado grisú, que al mezclarse con el oxígeno se torna extremadamente inflamable.
El Ministerio del Interior comunicó que "la situación es bastante dramática” y que los partes iniciales señalan la presencia de 110 trabajadores en la mina al momento del accidente. La mayoría de los mineros pudieron salir de la excavación tras la detonación, pero 49 se hallan atrapados en una zona de "mucho peligro", en la parte más profunda de la cantera.
Posible rescate
Un número importante de equipos de rescate llegaron a la zona del socavón, desde diferentes puntos del país. Los heridos fueron derivados en ambulancias a diversos centros médicos. Reportes afirman que el presidente Recep Tayyip Erdogan canceló una visita al sur de la nación y, en cambio, se dirigirá en las próximas al lugar de la tragedia.
Un minero que logró escapar tras la explosión, al parecer, por sus propios pese a no ver nada debido al polvo y la suciedad, relató: “Antes que sucediera sentí una especie de presión en el aire”.
Fuera del yacimiento se congregan amigos y familiares de las víctimas, a la espera de noticias y esperando que el gobierno articule rápidamente un plan de rescate. Los expertos temen que los trabajadores atrapados no dispongan de respiradores suficientes y puedan fallecer por el calor extremo y la falta de oxígeno.