Begoña Gómez, la esposa del presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha sido citada por un juzgado de Madrid para comparecer el 5 de julio. Las acusaciones de corrupción y tráfico de influencias han sacudido el panorama político español, llevando a Sánchez a considerar su dimisión en abril.
A pesar de las acusaciones, Sánchez ha mantenido su posición. Tras un receso de cinco días para considerar la renuncia, decidió permanecer en el cargo. En una carta compartida en una red social, Sánchez cuestionó el momento de la citación judicial, justo antes de las elecciones al Parlamento Europeo, y acusó a la oposición de derechas de orquestar las acusaciones.
La oposición y la denuncia
El caso fue presentado por Manos Limpias, un grupo de activistas contra la corrupción dirigido por Miguel Bernad, un abogado y político que se ha postulado como candidato por un partido de extrema derecha en las elecciones europeas. Según Manos Limpias, Gómez utilizó su influencia para conseguir patrocinadores para un máster universitario que ella dirigía.
Repercusiones internacionales
El caso ha tenido repercusiones más allá de las fronteras de España. El mes pasado, España retiró a su embajador en Buenos Aires después de que el presidente Javier Milei calificara a Gómez de "corrupta" durante un mitin de extrema derecha en Madrid. La Argentina, por su parte, ha mantenido a su embajador en Madrid.