Jueves de alzamiento popular en Francia
Continúan los bloqueos de rutas, acceso a las ciudades, corte de transporte público y numerosas movilizaciones. Enfrentamientos con las fuerzas de seguridad
Por Redacción
Los bloqueos de rutas y accesos a las principales urbes francesas comenzaron de madrugada este jueves 23 de marzo, pocas horas después de que el presidente galo, Emmanuel Macron, cuando finalizaba la jornada de miércoles, aseguró estar listo para aceptar la impopularidad de su proyecto.
El mismo buscará su implementación a partir del último trimestre de 2023. El punto más polémico y que generó más controversia es el retraso de la edad mínima de jubilación de los 62 a los 64 años.
Bloqueos y suspensión de actividades
Este jueves estuvo signado por centenares de institutos educativos y universidades bloqueadas o sin actividad a lo largo de las grandes ciudades del país.
Algunos de los episodios más tensos se vivieron en las calles de Nantes y Rennes, donde se produjeron choques entre manifestantes y policías, donde las fuerzas de seguridad recurrieron a gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a los manifestantes que respondían con lanzamiento de piedras y otros objetos contundentes.
Declaraciones de Mélenchon
Desde Marsella, el líder de la agrupación de izquierda, Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, defendió la movilización, el derecho a la huelga y la manifestación insistente como único recurso para que el “Gobierno se disponga a escuchar”.
“El Estado de derecho condicional no existe. El único estado de derecho es el de los derechos constitucionales a la libertad de expresión, a la libertad de manifestación, a la libertad de formular la propia oposición, para que se oponga, en cualquier momento, a través de las formas que son las de la pacífica democracia social y política que es la nuestra", afirmó Mélenchon.
Caos en el transporte
La nueva huelga convocada por la confederación sindical para la jornada de hoy, volvió a llevar el caos al transporte público, con reducción de servicios y bloqueos permanentes. Como ocurrió en “La Gare de Lyon” de París, una de las principales estaciones de tren y nodo de transporte de pasajeros, de la capital francesa.