|21/04/24 09:09 PM

El Partido Nacionalista retuvo el gobierno en la región vasca

El ejecutivo seguirá en manos del partido gobernante, aunque el opositor Bildu sumó cuatro escaños y logró una histórica polarización

Por Redacción

21 de abril, 2024 - 21:29

Todo se modificó en el panorama político del País Vasco, pero no cambiará el gobierno. Las elecciones autonómicas celebradas este domingo en una de las comunidades con identidad étnica más acentuada del territorio español han estado a punto de arrojar un resultado histórico pero se quedó en amagues.

El Partido Nacionalista Vasco (PNV), que ha gobernado esta comunidad en solitario o en coalición desde 1980, con el único intervalo del gobierno socialista entre 2009 y 2012, lo seguirá haciendo salvo alguna sorpresa.

El País Vasco llegaba a estas elecciones con la incógnita de si el PNV conseguiría mantener su hegemonía electoral o cedería ante el empuje de Bildu, la nueva expresión política del espacio del nacionalismo de izquierdas que en otras épocas se constituyó en el brazo político de la desaparecida ETA.

Después de un recuento de votos minucioso en el que los resultados fueron variando a medida que llegaban los resultados de las tres provincias que integran el territorio vasco, ambas fuerzas resultaron empatadas en 27 escaños, aunque el PNV, una formación tradicional de inspiración democristiana, se mantuvo por un escaso margen como partido más votado al obtener el 35,1 por ciento de los sufragios frente al 32,5 por ciento de la izquierda soberanista.4

Su candidato, Imanol Pradales, se apresuró a asegurar que los vascos han optado por un gobierno liderado por el PNV y plural. “Esa va a ser la orientación de nuestra propuesta”, dijo adelantando una segura reedición de su alianza de gobierno con los socialistas.

Este empate virtual se produjo después de que el PNV acusara un desgaste en las urnas que le ha hecho perder cuatro escaños y que Bildu, que priorizó en la campaña un enfoque centrado en los problemas sociales y en las políticas de izquierda por encima de su tradicional discurso independentista, subiera seis escaños comiéndole a Podemos todo su capital electoral.

La diferencia de diez diputados de las elecciones de hace cuatro años entre ambas fuerzas nacionalistas quedó reducida a cero. “Había una fuerza hegemónica institucionalmente, ahora hay una competición entre dos fuerzas principales”, celebró en un discurso pronunciado en euskera y castellano el candidato de Bildu, Pello Otxandiano.

Restan por contabilizar unos 80.000 sobres del voto exterior. En una comunidad pequeña en la que la formación más votada no alcanza a los 400.000 sufragios y en el que los últimos escaños se deciden por un puñado de votos, no es descartable que el reparto de escaños sufra todavía alguna variación.