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La Scaloneta, una revancha de los sub-40

Una generación entera vio por primera vez a la Selección argentina campeón del mundo, dejando de lado las anécdotas de padres, tíos y abuelos en festejos anteriores

21 de diciembre, 2022 - 17:21

El pasado domingo, los sub-40 nacidos en Argentina, tuvimos el día más feliz de nuestras vidas. Incluyo en esta lista a personas que, por edad, estaban con vida en 1986, pero que no fueron conscientes de lo que significó aquella epopeya en México, con un Maradona superlativo. 

Los sub-40 nos cansamos de escuchar las anécdotas de nuestros padres, tíos y abuelos, quienes vivieron de cerca lo que es ser campeón de un Mundial o de dos, siendo testigos de las mayores alegrías de un territorio que respira fútbol a lo largo y a lo ancho.  

Fuimos, hasta el domingo, una generación castigada por no haber nacido antes. Incluso, en algunos ámbitos y familias, los sub-40 tampoco podemos opinar de política, porque “no vivimos” ciertas épocas y luego “fuimos víctimas” de la historia que estudiamos. 

Es por eso que los nacidos en democracia, tuvimos la emoción más grande el pasado 18 de diciembre. No hubo absolutamente un ser humano argentino con menos de 40 años que no haya moqueado en el penal convertido por Montiel. Y nuestra alegría se debe a que fuimos contemporáneos de la mejor final de fútbol de todos los tiempos. Le pese a quien le pese. 

La Scaloneta ha sido una revancha para todos los que amamos este deporte y que, por causas del destino, no disfrutamos en vivo al fenomenal Kempes de 1978, ni tampoco la obra de arte de Maradona en 1986. 

Pero el fútbol, finalmente, nos premió con la Scaloneta. Un equipo que rompió con todas las reglas escritas. Con un cuerpo técnico joven y sin experiencia previa, un plantel bajo en estatura (la 29º selección más baja de Qatar) y con futbolistas jóvenes, donde 19 de los 26 campeones tuvieron su primera experiencia mundialista. 

Para los amantes de las estadísticas, las chances de ser campeones eran ínfimas, más con jugadores que llegaron al límite desde lo físico y que, en su mayoría, no estaban en los principales equipos del mundo.

Y como si lo anterior no bastara, se perdió en el debut ante Arabia Saudita, el rival más débil de la fase de grupos. ¿Cuántas probabilidades reales existían de ganar el título?

La Scaloneta desafió absolutamente todo. Se quemaron todos los libros. Pero principalmente, nos dio la posibilidad a los sub-40 de sentarnos, de ahora en adelante, a contar anécdotas de fútbol con la misma altura que tuvieron por cuatro décadas nuestros privilegiados padres, tíos o abuelos. 

Disfrutamos al mejor Messi. Vimos a la Argentina vencer al último campeón y subcampeón de un Mundial. Pero más que nada, nuestras retinas observaron una final que concluyó 2 a 2 en tiempo reglamentario y 3 a 3 en tiempo extra, para definirse desde los doce pasos. Como yapa, y para envidia de generaciones anteriores, todo los miramos con decenas de cámaras en alta definición. 

Tardó en llegar, pero al final hubo recompensa para los sub-40. Ahora bien, los que van a tener que soportarnos son nuestros futuros hijos, sobrinos y nietos, en sobremesas eternas y futboleras.