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El rescate emotivo del fóbal en los tiempos del WhatsApp

Numerosos hinchas del fútbol mendocino han sabido sacar provecho de las redes sociales para repasar historias de sus vidas con la pelota

26 de febrero, 2024 - 21:20

Como aquel personaje de un cuento de Fontanarrosa, un argentino que trabaja de servicio de mantenimiento en la NASA y es capaz de hacer arrancar un cohete con un alambre ante el asombro de un ingeniero yanqui, hay gente de todas las edades que son capaces de sacarle provecho a la modernidad de las nuevas herramientas comunicativas como WhatsApp, Telegram, Facebook o Instagram con el propósito genuino de sostener inquietudes que tienen que ver con diversas pasiones. Como la del sentido de pertenencia por un club de fútbol, por ejemplo.

Un alambre de cobre que se cuela en el ciberespacio para estrechar vínculos virtuales entre diversos hinchas con un afecto común: el amor por una camiseta y la necesidad de repasar hechos históricos desde la perspectiva del recuerdo, la anécdota y el relato personal de cada miembro. Algo así como retornar a esos sitios y momentos en los que uno fue feliz.

Cada vez más hinchas de clubes de todo el país han armado diversos grupos de WhatsApp para repasar efemérides, tal o cual jugador, partidos o campeonatos atesorados en el galpón de la memoria.

Algunos miembros del grupo ni se conocen personalmente, pero están hermanados por los recuerdos y las emociones vividas junto a un color de casaca.

En Mendoza, quienes dieron el puntapié inicial en esta modalidad fueron los hinchas del Atlético San Martín. Mauricio Castillo, uno de los más entusiastas por la historia del equipo del Este, fue quien creó el grupo "Historiadores Chacareros".

El asunto fue cambiado por uno de los administradores, ya que si bien a San Martín se lo conoce de esa manera, el sentido de pertenencia con el término Albirrojo pudo más; así que pasó a denominarse "Historiadores Albirrojos".

“Somos 17 personas aproximadamente, de gente que tiene un archivo envidiable y una memoria prodigiosa. Es tan riguroso con la información que cada vez que planteamos un tema y se arma un debate, todos salen a buscar data precisa para llegar a la verdad. Entre los miembros tenemos a Hugo Abramo, a quien le decimos el Wikipedia, el profesor Gustavo Capone, Pedro Salvarredi (ex dirigente del club), el Chino Zavala, los Carrozi, Ema Cenci.

Es tremendo porque cuando salta el nombre de un goleador que alguien afirma que jugó en determinado año y hay alguna duda, se va a la casa de un hijo de ese señor por allí ya fallecido, se lo contacta y lo entrevistan hasta encontrar la información”, cuenta Castillo quien además fue uno de los creadores del club denominado Emilio Menéndez.

“El camino del infierno está plagado de buenas intenciones”, dice Gaby Jiménez, escritor e historiador de Gimnasia, parafraseando a Dante.

Jiménez tomó la posta de juntar voces y recuerdos en un grupo de WhatsApp para que a futuro puedan plasmarse en un libro físico o virtual.

“Queremos generar una red de hinchas vinculados con la historia de Gimnasia que se involucren en hacer visible a las nuevas generaciones el legado histórico del club, desde sus inicios en 1908 hasta la actualidad. La idea es generar un registro que ayude a entender la realidad y a profundizar el sentido de pertenencia al club”, dice Gabriel, también docente mendocino, quien también es uno de los creadores del grupo Cultura Gimnasista, con hinchas que recrean desde la palabra oral y escrita, la historia de uno de los clubes que tiene mucho por contar.

La gente de Independiente Rivadavia también tiene su núcleo de sensibles historiadores de leprosos.

Gustavo Maturano, músico y leproso desde su más tierna edad (hizo la canción "Candombe leproso") y es uno de sus miembros asevera: “Lo que dicen estos grupos es que es fuerte la nostalgia, la necesidad de volver a las raíces y a las fuentes. Allí es adonde se regenera la historia”.

"El otro día varios muchachos lamentaban la salida del paraguayo Arce y yo decía: 'mamita, mirá que yo vi al Puma Molina'.

Rubén Lloveras, un todoterreno de la historia cuyana y en especial la que tiene que ver con su amado Huracán Las Heras, suele volcar sus efemérides u obituarios albos por WhatsApp y principalmente por Facebook. “Facebook lo conozco más. Lo puedo corregir y mirar y allí aportan algunos usuarios.

Rubén también explica el porqué de esa necesidad de contar: “Lo que pasa es que yo nací viejo. Siempre me gustó estar con gente que me enseñara, y en la tribuna había mucha gente que contaba cosas. Mi viejo, mi hermano mayor que jugó en la quinta y sexta división en el mismo día.

En los asados los tíos de mi esposa, contaban historias de tal o cual jugador legendario. Eso fue motivando las ganas de saber e indagar hasta la propia fecha de la fundación. Me iba a la Biblioteca San Martín, tenía 15 años y había un cartel que decía que para acceder a la hemeroteca necesitaba ser mayor de edad.

Apareció un señor que me preguntó qué necesitaba; le expliqué que me gustaba la historia, el fútbol de antes y me llevó a su oficina. Ahí me traía los diarios viejos y empecé a leer y a saber sobre la historia.

En el 2003 volví a con un cuadernito a anotar datos y a armar las estadísticas referidas a mi club”. Lloveras ha hecho varios libros sobre el fútbol mendocino y sobre Huracán, muchas de las cuales son las que replican en las redes mencionadas.

Quizás porque la búsqueda de la historia es un poco la búsqueda de nuestras propias raíces, es que bajo el nombre de “Historiadores de aquel Atlético”, varios memoriosos del Atlético Argentino armaron una comunidad virtual para dar rienda suelta a recuerdos grabados a fuego en la epidermis celeste y blanca.

“Es muy lindo porque muchos que no vivimos en Mendoza, esta comunicación a diario nos hace volver a nuestra niñez y estar cerca del barrio de nuestra Academia”, dice Lucho Montaña quien reside en las Islas Canarias desde hace 26 años y fue dirigente además de hincha del club a punto tal que fundó en Gran Canaria un club llamado "Aquel Atlético" por la canción de Los Enanitos Verdes que nombra al club.

Por la memoria del grupo pasan a diario, el relato oral de quien vio un gol de Quique Lucero a la Lepra, la contratación de Racing o los títulos del 95 y 96. Con quién estuvo en la cancha, en qué momento de su vida y qué provocó aquel grito de gol.

En el grupo también se suceden fotografías de equipos emblemáticos, como una que aportó el periodista Eduardo Montivero del campeón de la Liga Mendocina de 1959 y que pertenecía a su padre.

Algo así como que la genética de un club, la transferencia de una pasión se puede viralizar a través de una red social.

En el caso del Deportivo Maipú, en tanto, Federico Berná y Darío Pizzolatto, autores de los cuatro tomos que resumen la historia del club, de alguna manera también han optimizado las redes al colgar en una plataforma el contenido de las ediciones.

Lo identitario. Acaso ahí se resume todo. Antiguamente sería a través del boca a boca, en un bar, en un asado o en una tribuna. Hoy también es en una red social.

El rescate emotivo también viaja de una Notebook a un Android a un iPhone. Y va allá de la categoría en la que juegue nuestro equipo y que las camisetas tengan muchos o más sponsors.

O que en la cancha juegue con el número 72 un pibe nacido en Malasia y que acaso no sepa que antes hubo otro chico que nació y creció enfrente de la cancha y que soñaba con cruzar la calle con la ilusión de vestir la casaca del equipo de sus amores.