El Gargantini fue una fiesta y la Lepra es el nuevo líder de la Primera Nacional

En la tarde-noche mendocina, Independiente Rivadavia se hizo fuerte en su estadio y le ganó 2 a 1 a Deportivo Maipú, en una verdadera fiesta que brindó el público local.  ¿Y ahora quién le quita la ilusión a la Lepra? 

El elenco de Berti sigue en un camino ascendente, ganando partidos importantes y jugando cada uno de esos encuentros con mucha inteligencia y presencia. 

Fue lo que sucedió este sábado. Enfrente estaba Deportivo Maipú, también realizando una campaña fenomenal, alcanzando el primer lugar de la Zona B al término de la fecha pasada. 

Después de unos primeros 20 minutos donde se estudiaron cual primer round de boxeo, Independiente se empezó a adelantar en el campo. Ganó las principales divididas y de a poco, se acercaba peligrosamente al arco defendido por Cozzani. 

Era cuestión de acertar y la Lepra logró la apertura del marcador a los 27´, luego de un centro al área, la pelota no pudo ser despejada por la defensa del Cruzado y Juan Manuel Elordi la agarró de afuera del área con un zurdazo potente por bajo, que el 1 de Maipú no pudo contener. Gol y explosión de alegría en el Bautista Gargantini. 

Antes del descanso el elenco de García pudo haber llegado a la igualdad con un derechazo espectacular de Agustín Manzur, pero su disparo dio en el travesaño y salió. Hubiera sido el gol del campeonato. 

En el complemento, el local volvió a demostrar mucha actitud para esta clase de partidos. Ganó la mitad de la cancha y atacó con mucha potencia por los costados, llenando de centros el área visitante. Fue Cozzani el responsable de que el partido continuara solamente 1-0. 

Promediando los 25 minutos de la etapa final, se picó entre ambos equipos y llegaron las tarjetas. Roja para Ham, en primera instancia, y Agorreca a las 31´, en esta oportunidad por doble amonestación. Los dos finalizaban el encuentro con diez hombres. 

Pero habría tiempo para más emociones. A los 37´ el paraguayo Arce (goleador del campeonato) agarró la pelota y cabalgó por el campo, siendo imparable para la defensa visitante hasta que sí lo pudieron derribar pero en el área.  El propio Arce lo cambiaría por gol dos minutos más tarde tras definir con mucha categoría. 

La historia parecía estar liquidada, pero a los 41´ pero Marcelo Eggel, en complicidad con el arquero Gagliardo y un pique extraño del balón, puso el 1-2 para el Cruzado que se metía en juego para un final no apto para cardíacos. 

Maipú lo buscó con lo que le quedaba, pero la Lepra se aferró a la victoria, ante una hinchada que acompañó con cánticos y pirotecnia, en un show de otra categoría. Sueñe hincha Azul, tiene con qué.