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A llorar a la iglesia: en Francia creen que el tercer gol argentino tuvo que ser anulado

Medios franceses están indignados por un detalle y un apartado especial en el reglamento que tendría que haberse cobrado para anular el tercer tanto

Por Redacción

19 de diciembre, 2022 - 22:03

Una imagen del segundo gol de Lionel Messi (el tercero de Argentina) en la final del Mundial de Qatar ante Francia, desató la polémica. La prensa francesa afirma que el tanto de la Pulga en la prórroga, que puso el 3-2 parcial, debió haber sido anulado por el árbitro, Szymon Marciniak.

¿La razón? Que algunos de los integrantes del plantel Albiceleste, que estaban en el banco de suplentes, se metieron al terreno de juego antes de que el balón cruzara la línea de gol del arco de Hugo Lloris.

La Ley 3, párrafo 9 del reglamento establece: “Si después de marcar un gol el árbitro se da cuenta antes de que se reanude el juego que otra persona estaba en el campo en el momento en que se señaló el tanto debe anularlo. Si la persona extra era: un jugador, suplente, jugador sustituido, jugador expulsado u oficial del equipo que marcó el gol: el juego debe reiniciarse con un tiro libre directo desde el lugar donde se encontraba la persona extra”, afirma el reglamento.

Sin embargo, hay un dato clave: ninguno de los futbolistas que ingresa al campo interfiere en la jugada, ya que se encontraban muy lejos. Es por eso que el gol de Messi fue válido. Todos esos reclamos de los medios galos fueron nulos y Argentina es campeón del mundo.

El medio francés L’Équipe fue quien explicó la polémica arbitral. “Minuto 108 de partido, tras un trío con Enzo Fernández y Leo Messi, Lautaro Martínez pega fuerte desde muy cerca. Hugo Lloris empuja hacia atrás el balón, que vuelve a los pies de La Pulga. Messi lo volea y marca el 3-2 para Argentina, a pesar del intento tardío de salvamento de Jules Koundé. Excepto que el objetivo no es válido, si aplicamos estrictamente las reglas. Cuando Messi lanza de volea la atajada de Hugo Lloris, algunos suplentes argentinos cargados de emociones ya están en el campo, listos para celebrar. Lo cual está estrictamente prohibido”, afirma la publicación francesa.

Desde esta parte del mundo, utilizamos la frase que algunas vez Nicolás Russo, dirigente de Lanús, dijo en el medio de una polémica semifinal ganada a River en Copa Libertadores: "A llorar a la iglesia".