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Crónica de un final anunciado

06 de julio, 2018 - 09:41

Jorge Sampaoli tiene las horas contadas como director técnico de la Selección Argentina. Podrán ofrecerle un año más de continuidad, pero desde el seno de la Asociación del Futbol Argentino (AFA) le soltaron la mano.

Lo más conveniente para Sampaoli sería dejar su cargo para evitar hundirse aún más en el fondo del mar donde no podrá salir fácilmente.

Su contrato está firmado y todavía no se juntó a hablar con Claudio Chiqui Tapia, presidente de la AFA. La madre del Futbol argentino no tiene un peso para pagarle la indemnización para rescindirle su contrato.

Dos son las alternativas de Sampaoli que deberá escuchar de parte de la AFA: primero, continuar en su cargo hasta luego de la Copa América 2019 pero no tendrá el respaldo de un sólo dirigente. Le reducirán los integrantes del cuerpo técnico y le quitarán los beneficios de viajar al exterior para reunirse con jugadores del seleccionado. Será una Selección más austera. Podría continuar en su cargo, pero no podrá mantener su proyecto ambicioso. Él quiere revancha para armar un grupo nuevo. Pero ese año de gestión podría ser un sufrimiento para el hombre de “Casilda”.

La segunda opción será dejar su cargo como técnico, pero sin cobrar un solo centavo ya que la AFA no está en condiciones de pagarle por falta de presupuesto. Para rescindirle el contrato, la AFA deberá pagarle más de nueve millones 500 mil dólares. Ahora, si renuncia luego de la Copa América lo resarcirían con un millón y medio de dólares.

Pero desde lo futbolístico el ciclo Sampaoli fracasó. En 12 meses de gestión técnica no pudo cumplir con lo prometido. Para empezar, dirigió 15 partidos y no pudo repetir el 11 de un encuentro al otro. No armó un equipo. No explotó individualidades. Nunca implementó su esquema de juego favorito. Jugó con tres, cuatro, cinco defensores según el rival de turno. Y no supo hacer los cambios adecuados para revertir la situación.

Su equipo armado a los ponchazos no mostró señales de buen juego. No encontró una estructura ni tampoco una identidad propia. Terminó siendo una selección desordenada. Tampoco pudo unir al plantel de jugadores para que viva en Paz y ganarse la confianza de los futbolistas.

Si nos basamos en la lista definitiva de 23 para disputar el Mundial encontraremos errores en la elección de los protagonistas. Primero dijo que a Javier Mascherano lo tenía pensado utilizar de marcador central y lo termina poniendo de volante de contención. No llevó un reemplazante natural del jefecito. Eligió jugadores que no estaban al 100 por ciento desde lo físico (Gabriel Mercado, Lucas Biglia y Sergio Agüero). No llevo de entrada a Enzo Pérez (era el jugador número 24) y terminó jugando de titular en dos partidos clave (ante Nigeria y Francia).

Con respecto al armado del equipo, llegó al debut mundialista con la duda del arquero titular: Willy Caballero o Franco Armani. En los partidos previos a Islandia, jugó con Giovanni Lo Celso de entrada y el actual volante del Paris Saint Germain no sumó ni un minuto en la Copa del Mundo. Fue de vacaciones como también Cristian Ansaldi elegido para ser sustituto de Mercado, quién no jugó ante Islandia, pero su lugar fue ocupado por Eduardo Salvio.

Inventó posiciones en jugadores acostumbrados a moverse en otros lugares. Salvio es un volante por derecha, pero se encapricho en que debía jugar en una línea falsa de 5 defensores (con Salvio y Nicolás Tagliafico por las bandas defensivas). Utilizó a Maximiliano Meza en el primer partido por derecha en la ofensiva y ante Croacia lo pasó al mediocampo junto a Mascherano en el doble 5.

Encima desde que agarró como entrenador su idea fija para armar el equipo era rodearlo a Messi. El equipo se convirtió en Messidependiente. Y los rendimientos se basaban mucho en los bajones anímicos del crack argentino, quién no tuvo a la altura de la Copa del Mundo. Messi no rindió, no fue eje del equipo. Y Sampaoli, como cabeza del grupo, nunca tuvo plan B para encontrar una salida.

Sampaoli siempre alabó a Lionel Messi cada vez que pudo. Es más, aseguró que el equipo iba a ser más de Messi que de él. Pero en su afán de buscarle un socio, nunca lo encontró. Y tan equivocada fue la búsqueda, que Messi termina jugando de falso “9” en una posición poco habitual en un partido clave ante Francia. Dejó en el banco de suplentes a Sergio Agüero y a Gonzalo Higuain, que entre los dos suman más de 200 goles en sus carreras.

Lo enalteció tanto a Messi en sus declaraciones llamándolo “Genio del futbol”, “Merece un mundial por ser Messi” que no pudo entablar una buena relación con él porque los jugadores con el correr de los partidos le fueron perdiendo respeto por la falta de claridad para armar el equipo. Y las dudas e inseguridad que mostraba.

El mejor socio de Messi fue Ever Banega pero ese “descubrimiento” fue más de los propios protagonistas que del entrenador.

No sólo en la cancha se equivoco Sampaoli. También con su gente. Porque no era buena la relación con su ayudante de campo, Sebastián Becacece. Y nunca pudieron limar asperezas durante el Mundial. Pensaban distinto a la hora de parar el equipo en el campo de juego. No coincidían. Es más, varias discusiones entre ambos sucedieron a la vista de los futbolistas. Por este motivo, Sampaoli estaba solo para tomar decisiones. Porque sus compañeros no compartían sus ideas y los jugadores lo miraban de reojo.

Y la tercera pata de este Final Anunciado tiene que ver con la AFA. La entidad del Futbol nacional tiene que saber que los buenos resultados llevan tiempos. Los equipos bien armados tienen su tiempo de cocción. Para eso, el entrenador también deberá tener tiempo para trabajar con sus jugadores en un proyecto a largo plazo. Hay claros ejemplos que demuestran esta teoría. Joachim Low es el técnico de Alemania.

Fue nombrado en junio de 2006 y mantendrá su cargo a pesar de quedar eliminada en la fase de grupos. Pero es el último campeón. El técnico francés Didier Deschamps cumplirá 8 años en su cargo. Francia es de lo equipos con mejor rendimiento en lo colectivo. Oscar Tabarez dirige por tercer mundial consecutivo a su Uruguay querida. A Tite le llevo tiempo armar un equipo brasilero que no juegue en función de su figura, Neymar. Fue nombrado en junio de 2016 y en dos años le encontró una identidad a su equipo.

El desorden de AFA terminó influyendo, con tres técnicos en el ciclo de Eliminatorias (Martino, Bauza y Sampaoli). Y se llegó a Rusia con un mandato de poco más de un año del actual entrenador.

La dirigencia (Tapia y Daniel Angelici a la cabeza) también tiene su responsabilidad en todo este ciclo de Selección. Incluso hasta el equipo fue el que menos amistosos jugó en la previa. Con los resultados a la vista se equivocaron con la elección del entrenador, al que fueron a buscar para sacarlo del Sevilla pagando una cláusula millonaria y le ofrecieron un contrato de cinco años.

Se veía venir que era Crónica de un final anunciado cuando nos ponemos analizar como la selección clasificó al Mundial. El dilema era saber cuando iba a llegar ese maldito día. Una muestra clara de que lejos no iba a llegar este seleccionado fue como jugó las eliminatorias sudamericanas para Rusia 2018. La esperanza de cada argentino estaba puesta en lo que podía hacer un solo jugador: Lionel Messi.

A partir de ahora, empecemos a construir con humildad. Deberán tomar correctas decisiones las tres patas que componen la Selección Argentina. El desorden y el retroceso tienen que haber llegado hasta acá. Se tiene que haber terminado en esta enorme frustración, este fracaso mayúsculo y doloroso del seleccionado en Rusia.

 

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