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Qué es un “Kidult”: el fenómeno psicológico detrás de la “Barbiemanía”

Entre el consumo exacerbado y la fantasía de volver a ser niños, que factores emocionales juegan en ese fenómeno

14 Septiembre de 2023 - 07:08

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El reciente fenómeno de la película sobre la popular muñeca volvió a poner de manifiesto conductas que, aunque parezcan triviales y mera diversión, desde el mundo de la psicología ameritan otra mirada. Se trata de lo que se ha llamado "kidult", vocablo que mezcla el kid, niño, con la palabra "adult", algo así como niño adulto.

Diego Quindimil, psicólogo, señaló: “Hay que diferenciarlo de lo que es el síndrome de Peter Pan, es decir es un fenómeno un poco más complejo. Esto tiene que ver con la fiebre del consumo, se trata de adultos que por un rato juegan a ser niños, y explosionó con la barbiemania".

En su diálogo con El Interactivo (lunes a viernes de 12 a 14 por http://ciudadano.news), marcó que "muchas personas iban al cine disfrazadas de Barbie o de Ken. Salió una aplicación que te transformaba en Barbie o en ken y fue un boom de marketing y de consumo, incluso estas cajas que vemos en donde las personas se asemejaban a Barbie o Ken.

Esto es más bien un  fenómeno sociológico que no tiene tanto que ver con el síndrome de Peter Pan, que es el Kidult, son adultos que por un rato juegan a ser niños, que mantienen algunas cuestiones de niños, como por ejemplo esos adultos que van a los comic, se disfrazan de algún súper héroe o coleccionistas de juguetes, o incluso disfrazarse de futbolistas los sábados en la tarde".  

Con respecto al síndrome de Peter Pan, indicó: "las personas que son atravesadas por este síndrome, en general no pueden acceder o tienen resistencia a acceder a las responsabilidades de un adulto.

Tiene que ver con acceder o para llevar adelante los desafíos de la vida adulta. Es decir, tratan de postergar esos desafíos de la vida adulta, lo más posible, pero no tienen que ver con el Kidult, que es una sociedad de consumo".

Y a la vez, destacó que “todos tenemos un poco de Kidult, pero el tema es qué se juega en eso, si es una parte de tu vida adulta que te conectas con el niño. Ahora si toda tu vida pasa alrededor de cuándo va a salir la próxima Barbie o el próximo partido de fútbol y todo lo demás no importa, ahí si estas en un problema, el extremo del Kidult, es que toda su vida pase alrededor de la Barbie.

Además, “los adultos hoy tienen las posibilidades de consumir eso que por ahí de niño no podían consumir, es decir porque no dependía de ellos tener el dinero, porque no tenían acceso, porque no estábamos en un mundo globalizado. No solo eso, sino que el marketing explotó esto", destacó Quindimil, y entonces "tenes las dos caras de la moneda.

Tenes la posibilidad de acceder a cosas que antes no accedías, una suerte de regresión y por otro lado el marketing con sus anzuelos que los pone delante de la cara para que los compres. Además que en la sociedad está cada vez mejor visto esto, no está mal visto ir disfrazado de rosa a ver una película, sino al contrario, sos parte de un fenómeno, de un boom sociológico".

Adolescencia extendida 

“Esto es un fenómeno que también tiene que ver con que la adolescencia se ha extendido, y no solo se ha extendido sino que además la adolescencia es la edad entronizada. Es decir vas a un cumpleaños de 9 años y se escucha música adolescente, vas a uno de 15 se escucha música de adolescente y vas un cumple de 50 y también se escucha la misma música que escuchan los adolescentes, entonces la mirada hoy está puesta en esta adolescencia extendida", menifestó el especialista en salud mental, cosa que habla también de algunas cosas que han perdido terreno como valores. 

“El tema de la cultura del esfuerzo es una clave, es decir el esfuerzo qué rentabilidad tiene en este sentido, que la rentabilidad del esfuerzo no será inmediata pero que sin esfuerzo tampoco habrá rentabilidad, porque estos adolescentes están acostumbrados a la inmediatez, entonces el mundo les propone cosas a más largo plazo".

"Entonces por ahí no tienen la paciencia para eso", refirió, concluyendo que "del lado de los padres, por un lado tiene que haber orientación pero por otro lado también la posibilidad de dejar límites claros, eso le va a facilitar al adolescente poder tomar mejores decisiones, es decir en tema de la educación en todo sentido, la educación financiera, la educación en términos de lo que hoy por ahí uno no hace, después cuando uno es más grande es más difícil de hacer”.