Delitos
Oscar Jégou y Hugo Auradou, los dos jugadores de la Selección Francesa de Rugby que habían jugado un partido amistoso el último fin de semana en la Ciudad de Mendoza, fueron imputados por el delito de abuso sexual con acceso carnal, agravado por la participación de dos personas. Sin embargo, ambos se negaron a declarar una vez que fueron trasladados desde Buenos Aires a la provincia cuyana.
Fue la fiscal Cecilia Bignert quien procedió a imputar a los deportistas, que están siendo investigados por el Ministerio Público Fiscal mendocino, en la causa que investiga el fiscal Darío Nora.
Rafael Cúneo Libarona, abogado defensor de los jugadores franceses, ratificó el pedido de arresto domiciliario para ambos hombres, quienes seguirán detenidos en la Estación Transitoria de Detenidos y Aprehendidos. Desde el Ministerio Público Fiscal comunicaron que "los ciudadanos franceses continuarán detenidos, habiendo la defensa peticionado la detención domiciliara, lo que será resuelto oportunamente".
Por su parte, Natacha Romano, abogada de la mujer de 39 años que sufrió los abusos, comentó que los jóvenes deportistas "no mostraron empatía ni respeto. El listado de las lesiones es impresionante. Hoy tomamos contacto con ella -comenta la letrada-, está muy medicada y le van a hacer un nuevo estudio, por el sangrado estomacal que tiene".
La denuncia de la víctima
La defensa de la mujer abusada y violada reveló que en los estudios que le hicieran a su clienta "aparecieron golpes en la cabeza, y hay una posible intervención por un desgarro. Posiblemente se tenga que intervenir". En este mismo sentido, aseguró que la víctima "tiene un golpe en el ojo con un hematoma visible, con una trompada y golpes en el pecho, la espalda, rasguños, mordeduras en las piernas y las costillas".
Además, Natacha Romano dijo que "la denunciante fue privada ilegítimamente de su libertad: fue víctima de un secuestro. Todo pasó en el cuarto del hotel. Pidió auxilio más de cinco veces, y nos preguntamos cómo es que nadie la escuchó. Se pudo escapar recién cuando los hombres se quedaron dormidos. No la soltaban. La tenían agarrada".