Curiosidad

Los objetos más raros encontrados en el Titanic causan fascinación

Varios años después del naufragio del famoso buque se están recuperando elementos que muestran aspectos desconocidos hasta ahora.

Redacción

Por Redacción

14 Agosto de 2024 - 12:25

La proa todavía intacta del famoso buque. (Foto: web)

Los elementos que en días ya muy lejanos pertenecieron a los pasajeros que viajaban en el trasatlántico Titanic cuando se hundió en las profundidades del Atlántico en la noche del 14 al 15 de abril de 1912, siguen escondidas en un almacén totalmente secreto, del que lo único que se sabe con certeza es que está ubicado en algún lugar de Atlanta, en Georgia, Estados Unidos.

En él se encuentran almacenados los miles de objetos que pudieron ser rescatados y que ahora son simples testigos mudos de uno de los accidentes más famosos de todos los tiempos, cuyos restos se encuentran a unos 3,800 metros de profundidad y a una distancia de unos 640 kilómetros de la isla canadiense de Terranova. 

El cineasta James Cameron hizo renacer la obsesión por el célebre y colosal barco hundido, y es innegable que su naufragio sigue despertando interés. Haciéndose eco de ese fenómeno, la cadena BBC ha rescatado algunas de esas pertenencias para mostrárselas al público, las que guardan una historia sobre sus dueños y sus vivencias.

Famosa escena de Leonardo Dicaprio y Kate Winslet en la película de James Cameron. (Foto: web)

Por otra parte, en 1994, un tribunal estadounidense le concedió a RMS Titanic Inc el derecho de recuperar legalmente los objetos del lugar del hundimiento. Deben hacerlo bajo condiciones estrictas: los objetos siempre han de permanecer juntos y conservarse adecuadamente.

Con esa autorización, la empresa ya ha recuperado cerca de 5.500 objetos del lugar del naufragio y tiene una selección que exhibe por todo el mundo.

Desde bolsos hasta champán

La pieza más llamativa de la colección es un bolso es que sobrevivió durante décadas en las profundidades del Atlántico Norte hasta que fue recuperado. Está confeccionado con piel de caimán y según se pudo saber por su contenido, pertenecía a una pasajera llamada Marian Meanwell que viajaba en tercera clase. 

Dentro del bolso había una documentación que la mujer necesitaba para iniciar una nueva vida en Estados Unidos, incluida una carta de recomendación que su antiguo casero en Londres escribió a mano, en la que afirmaba: "Siempre hemos considerado que la señorita Meanwell es una buena inquilina y puntual en los pagos".

Una de las vitrinas en la que se exhiben algunos de los elementos rescatados del naufragio. (Foto: web)

En segunda clase viajaba el vendedor de perfumes Adolphe Saalfed, que portaba cerca de cien pequeños frascos que sobrevivieron a la catástrofe. 

Lo más sorprendente de este detalle, es que permanecieron sellados y su aroma es tan potente que todavía puede olerse, a pesar de haber estado varias décadas en el fondo del mar. 

Un dato relevante es que, al parecer, Saalfed logró salvarse del naufragio, pero se mantuvo alejado de todo por tener un profundo sentimiento de culpa por ello, y cuando se encontraron sus pertenencias el personaje ya había fallecido.

Diferencia de clases

Como se sabe por las investigaciones efectuadas, el Titanic se partió en dos en una zona que estaba cerca de las cocinas, y en sus depósitos había miles de botellas de champán.

Al fin y al cabo, el buque era uno de los transatlánticos más lujosos de todos los tiempos, y la idea de la compañía era que los pasajeros de primera clase se encontrasen satisfechos. 

Por eso, muchas de esas botellas fueron halladas esparcidas cerca de los restos del naufragio, junto con varios elementos de cocina, como cacerolas y sartenes.

Como se ha podido apreciar en la película de Cameron, eran muy notorias las diferencias de clases en el buque siniestrado, ya fuese en la actividad diaria como a la hora de escapar del dramático naufragio. Esto también se observa en las tazas y platos que se han rescatado del hundimiento y que muestran las marcadas distinciones.

La vajilla marcaba la diferencia entre las clases. (Foto: web)

Ahora, a través del rescate de miles de objetos icónicos, se puede ver que la vajilla de primera clase tenía intrincados patrones de guirnaldas coloreadas y había mucha plata. En cambio, la que utilizaban los pasajeros de tercera clase estaba destinada a ser mucho más estable y soportar un manejo más brusco.