En invierno, el consumo de energía suele aumentar debido al uso de calefacción, iluminación y electrodomésticos. Sin embargo, existen algunas medidas sencillas que podemos adoptar para reducir el gasto energético y cuidar el medio ambiente.
A continuación, te presentamos algunos consejos útiles y prácticos para hacer un uso eficiente de la energía, en los meses invernales: Aprovecha la luz natural: Abre las cortinas y persianas durante el día para dejar entrar el sol y calentar los ambientes. Apaga las luces que no necesites y utiliza bombillas de bajo consumo o LED, que consumen menos energía y duran más. Regula la temperatura: Mantén la temperatura del termostato entre 19 y 21 grados, que es la más adecuada para el confort térmico. Por cada grado que aumentes la temperatura, el consumo de energía se incrementa en un 7%. Apaga la calefacción cuando no estés en casa o durante la noche, y usá ropa de abrigo o mantas para no pasar frío. Conocé como calefaccionar con leña: elegí leña seca y bien curada para asegurar una combustión eficiente y reducir la acumulación de creosota en la chimenea. Evita usar leña húmeda o verde, ya que no se quemará correctamente y puede generar más humo y residuos. Cuando cargues la estufa, apila la leña de manera eficiente para permitir una adecuada circulación de aire entre los troncos. Evita sobrecargar la estufa para garantizar una combustión eficiente y segura. Aísla tu vivienda: Revisa las ventanas, puertas y paredes para evitar fugas de calor. Utilizá burletes, cortinas gruesas o alfombras para mejorar el aislamiento térmico. También puedes instalar doble vidrio o ventanas con rotura de puente térmico, que reducen las pérdidas de calor en un 50%. Elegí electrodomésticos eficientes: a la hora de comprar o renovar tus electrodomésticos, elige los que tengan la etiqueta de eficiencia energética A+++, que son los que menos consumen. Además, utilizá el lavavajillas y la lavadora con carga completa y programas cortos, y evita el uso de la secadora o el horno eléctrico, que son los que más energía gastan. El secreto de la ventilación: ventilá la casa por la mañana durante 10 minutos. Así renovarás el aire sin enfriar demasiado el ambiente. Cambiá tus hábitos: pequeños gestos como apagar los aparatos electrónicos cuando no los uses, desenchufar los cargadores que no estén en uso, o cerrar el grifo mientras te lavas los dientes o te afeitas, pueden suponer un gran ahorro de energía y agua. Además, estarás contribuyendo a preservar los recursos naturales y a combatir el cambio climático. Descubre la energía eólica: instalar una mini-turbina eólica para aprovechar la fuerza del viento. Necesitarás un generador para convertir la energía mecánica en eléctrica y una batería para almacenarla. Recurre a la energía solar: instalar paneles solares térmicos para calentar el agua sanitaria o la calefacción. Necesitarás un depósito para almacenar el agua caliente y un sistema auxiliar para los días nublados o con poca radiación solar. Limpieza es sinónimo de eficiencia energética: limpia los filtros y las rejillas de los electrodomésticos regularmente para mejorar su rendimiento y evitar averías.