Septiembre es un mes ideal para renovar tus energías y abrirte a la abundancia y la prosperidad que el universo te tiene preparados, por eso aquí hay un ritual muy sencillo y efectivo que puedes hacer con sal y agua para limpiar tu aura, protegerte de las malas vibras y atraer la buena fortuna a tu vida.
La sal, un elemento purificador y protector
La sal es un elemento natural que tiene múltiples beneficios para la salud y el bienestar. Además de ser un condimento esencial para la cocina, la sal tiene propiedades antisépticas, antiinflamatorias y exfoliantes que nos ayudan a cuidar la piel, la boca y la garganta. Pero, también y desde tiempos inmemorables, tiene un poder mágico, ya que se considera un elemento purificador y protector que ayuda a eliminar las energías negativas que nos rodean y a crear un escudo energético que nos defiende de las envidias, los celos y las maldiciones.
Los pasos para realizar el ritual de sal
Para realizar este ritual de sal para tener abundancia en septiembre, solo necesitas los siguientes materiales: Un puñado de sal gruesa o marina, agua limpia y una toalla y luego sigue los pasos detallados a continuación: Busca un lugar tranquilo y cómodo donde puedas lavarte las manos sin interrupciones. Toma un puñado de sal y ponlo en una mano. Abre el grifo del agua y deja que caiga sobre la sal mientras frotas tus manos con fuerza. Mientras lo haces, imagina que la sal está limpiando tu energía y eliminando todo lo que te impide tener abundancia. Repite en voz alta o mentalmente: “Con esta sal me purifico y me protejo. Con esta sal atraigo la abundancia y la prosperidad. Con esta sal bendigo mi vida y mi camino”. Enjuaga tus manos con agua limpia y sécalas con una toalla. https://ciudadano.news/sociedad/feng-shui-consejos-para-atraer-la-prosperidad-y-el-dinero-a-tu-vida
En los partidos que jugó la Selección Argentina de Fútbol en Qatar, se pudo ver como los jugadores profesionales realizaban este ritual de lavado de manos con sal, para atraer a la Copa del Mundo, a la vista está que la buena fortuna no les faltó.