Vida sana
Un estudio reciente ha puesto de manifiesto los beneficios superiores de la actividad física en entornos naturales en comparación con los espacios cerrados. Los expertos sugieren que la exposición a la naturaleza no sólo mejora el bienestar físico, sino también el mental y social.
La revisión, liderada por Jay Maddock, director del Centro de Salud y Naturaleza de la Universidad de Texas A&M, destaca que los entornos naturales como parques, senderos y jardines comunitarios son preferidos por las personas para realizar ejercicio. La investigación sugiere que estos espacios al aire libre pueden ser claves para promover la actividad física necesaria para prevenir enfermedades crónicas y mejorar la calidad de vida.
Sin embargo, el acceso a estas áreas verdes es desigual. Las zonas rurales y ciertos grupos demográficos enfrentan barreras significativas para disfrutar de los beneficios del ejercicio al aire libre. El estudio señala que garantizar la seguridad y accesibilidad de estos espacios podría fomentar su uso entre niños, ancianos y personas con discapacidades.
Los hallazgos del estudio, publicados en la revista American Journal of Lifestyle Medicine, revelan que el ejercicio en la naturaleza puede ofrecer una mejoría en el estado de ánimo y la función cerebral, interacción social más rica, mayor disfrute del ejercicio y un esfuerzo percibido menor.
A pesar de los resultados prometedores a corto plazo, los investigadores indican que se necesita más investigación para determinar si estos beneficios se mantienen a largo plazo. Además, abordan las disparidades en el uso de espacios verdes entre diferentes grupos raciales y por género, destacando la importancia de crear entornos inclusivos y seguros para todos.
